Confirmaciones el El Pas de la Casa (Andorra)

El domingo 9 de junio por la tarde, el Arzobispo de Urgell y Copríncipe de Andorra, Mons. Joan-Enric Vives, presidió la Eucaristía y administró el sacramento de la confirmación a 3 jóvenes de la Parroquia de San Pedro del Pas de la Casa (Encamp-Principado de Andorra). A su llegada a la Parroquia fue cumplimentado por la Cónsul Menor de Encamp, Hble. Sra. Esther París y los Consejeros de Común de Pas de la Casa, así como por el Vicario episcopal y Rector de Encamp, Mn. Antoni Elvira y por Mn. Emili Villegas, vicario parroquial de Encamp.

La Misa de Pascua con las confirmaciones que el Arzobispo celebró en lengua portuguesa tuvo un tono familiar muy vivido. En su homilía Mons. Vives destacó la alegría de poder celebrar la Pascua el domingo de Pentecostés y que los jóvenes recibieran la plenitud del Espíritu Santo. El Arzobispo animó a los jóvenes confirmandos a vivir en su vida tres dimensiones fundamentales que arraigaba en tres palabras: vida, amor y testimonio. Vida, ya que Jesús ha Resucitado, y con su Resurrección ha llenado el mundo de alegría y alegría porque sabemos que la Resurrección de Cristo nos llena de esperanza y que un día también nos llamará a nosotros a participar de la Vida Plena en el cielo. Amor, porque el lenguaje del amor es universal y permite que gente diversa, que habla varias lenguas, se comprenda en el lenguaje universal del amor y del servicio a los demás. Si amas hablas todas las lenguas. Finalmente, testimonio, ya que la Resurrección de Jesús y el envío del Espíritu Santo, nos debe comprometer a explicar y manifestar a los demás lo que hemos visto y hemos oído. En este sentido animó a los fieles a saber hablar de Jesús con nuestras palabras, pero sobre todo, con nuestro testimonio, tal como afirmaba San Pablo VI en su exhortación apostólica Evangelii nuntiandi: «El hombre de hoy escucha más de grado a los testimonios que los maestros o, si escucha a los maestros, es porque son testimonios».

Al final de la Misa la Parroquia regaló a los jóvenes una paloma hecha de madera de olivo de Belén y al Arzobispo un ejemplar del Nuevo Testamento.

La Misa fue solemnizada por los cantos de la Coral de la Cofradía de Nuestra Señora de Fátima de Andorra.

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