Queridos diocesanos,
querida Iglesia de Urgell,
querido pueblo andorrano,
En las vísperas de la Festividad del Nacimiento de la Bienaventurada Virgen María, nuestra Iglesia diocesana se viste de fiesta y se prepara para celebrar la Solemnidad de la Virgen de Nuria, patrona de nuestra Iglesia de Urgell, y especialmente en el Principado de Andorra celebraremos a la patrona principal del pueblo andorrano, la Virgen de Meritxell, la fiesta nacional de todos los andorranos y andorranas.
La tradición nos habla, en nuestra tierra, de la fiesta de las Vírgenes encontradas, el ocho de septiembre. Imágenes de estilo románico o románico tardío, sentadas y coronadas con el Niño Jesús en sus brazos. Es un símbolo del nacimiento de la Virgen María, emblema de la fecundidad y un símbolo de maternidad.
Estas imágenes fueron escondidas por los cristianos de nuestras tierras por miedo durante las invasiones sarracenas, y que, siglos más tarde, fueron encontradas por pastores y ermitaños. En estos lugares de hallazgo se erigieron ermitas y pequeñas capillas, donde la devoción a la Virgen se convirtió en signo de identidad de nuestra cultura, donde el Evangelio echó raíces.
Celebramos la Virgen de Meritxell, la Virgen de Nuria y tantas advocaciones que recordamos, y festejamos el nacimiento de una niña, María, que dio la vida a toda la humanidad engendrando al Hijo de Dios, Jesús de Nazaret.
Una mujer que dio identidad a un pueblo y a una tierra. La disponibilidad de María de Nazaret hizo que el pueblo fuera redimido por el Mesías, el Salvador. Solamente cuando nosotros nos abrimos a un proyecto que no es nuestro, entonces la providencia divina comienza a actuar y a hacerse presente en una nueva visión de la realidad.
En este nacimiento de la que es la Madre de Dios, la Madre de Jesús, todos nosotros somos llamados a nacer de nuevo, a crear algo nuevo con la Virgen. Meritxell, la madre de los andorranos, enséñanos a ser Merèix, en latín Meridies, mediodía, el punto más luminoso de nuestra Andorra, de nuestro día a día. Enséñanos a ser luz, mediodía.
La madre siempre ilumina y da claridad a sus hijos e hijas, a su familia, en medio de los oscuros nubarrones. Queridos andorranos y andorranas, he sabido de esta bonita tradición que tenéis: presentar a vuestros hijos e hijas en el primer año de vida a la Virgen de Meritxell. ¡Felicidades, y que por muchos años lo podamos seguir haciendo!
Os animo mañana lunes a visitar a nuestra Madre, en nuestro Santuario de Meritxell, y presentar a vuestros hijos, y presentarnos también con lo que llevamos en nuestro corazón, y rezar por nuestros padrinos y por nuestra juventud andorrana.
Y a todos los demás diocesanos, también con gozo estamos invitados a visitar el Santuario de Meritxell, en Canillo, en pleno mediodía, donde toca el Sol, el astro que ilumina nuestro sistema solar y nos indica qué es la maternidad y la vida.
Con María, nacemos de nuevo; hagamos de la Fiesta de la Virgen de Meritxell y de la Virgen de Nuria momentos entrañables, donde el amor, el perdón, la misericordia y la ternura de tantas madres que con esfuerzo nos han dado la vida y nos han mostrado una vida que perdura.
Con el mejor de los deseos, que tengáis un buen domingo en familia y una feliz jornada de la Virgen, de vuestro servidor,
✠ Josep-Lluís Serrano
Obispo de Urgell






