Celebración eucarística en Sant Corneli y Sant Cebrià de Ordino

Habiendo dejado temprano La Seu d’Urgell y ya personado en el pueblo de Ordino, el sr. Obispo Josep Lluís fue saludado y acogido por el Rector de Ordino, Mn. Joan Fenosa, en la Placeta, que fue cementerio, de la señorial Vila d’Ordino, donde el insigne Fiter i Rossell escribió el Manual Digest, guía para los usos y costumbres y máximas de prescripción.

Justo entonces, el anuncio dominical de las campanas esparcieron un aire de fiesta, alegrado por un sol reluciente. Entre el toque y el retoque, el pueblo de Dios se dirigió hacia la iglesia de los seculares patrones Sant Corneli y Sant Cebrià, unos entrando, otros esperando al prelado para cumplimentarlo, lo que también hicieron con decoro como fieles, los Honorables Cónsules y Consejero de Común de los Generales y Ilustres.

Dentro de la iglesia, el Obispo Coadjutor Josep Lluís nos dio su bienvenida. Mn. Joan Fenosa dirigió unas palabras de gratitud al pastor episcopal dando las gracias en nombre de la comunidad parroquial por presidir la misa del séptimo domingo del Tiempo Ordinario, bajo la mirada regia y protectora de la Virgen de Ordino, mediadora del pueblo cristiano.

En el transcurso de la celebración, el Obispo se manifestó contento por el hecho de constatar que la celebración eucarística había congregado a bebés, niños, jóvenes, adultos, venerables y elegidos. La homilía propuso unas líneas de conducta, según los escritos, por el momento presente y unas reflexiones sobre el compromiso cristiano de observancia semanal: “Ama a tu enemigo” suavemente, dijo; el triunfo del bien, hecho en justicia y fidelidad deben imperar. Seamos misericordiosos en el perdón, absteniéndonos de juzgar y de condenar. Hizo la consagración de la sangre de Cristo con el cáliz -vaso sagrado- que ofrenó al templo, en su momento, la familia de Areny-Plandolit.

La comunión fue concurrida. Durante la misa, un instrumento y las voces de todos los feligreses exaltaron la convivencia. Antes de que el pueblo se dispersara, Mn. Joan pidió, como también había hecho al empezar el Obispo, un padrenuestro por la salud de nuestro Santo Padre Francisco. El Pastor, mitrado y báculo en mano, impartió la bendición.

Con el canto del Ave de Meritxell, el Obispo se inclinó ante la cruz del retablo mayor y la Virgen del Remedio y, seguidamente, se dirigió hacia el cancel de entrada de la parroquial, y complacer así con un saludo a honor y gloria de Dios a los asistentes. Finalizado este acto, el Sr. Obispo descubrió, yendo ribera arriba, la iglesia de Ansalonga, de Llorts, el Serrat, como patrón votado de la parroquia de Ordino; y la iglesia de la Cortinada, espigando el Valle de Ordino hasta sus puertos.

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