Celebración de la Candelaria en la Diócesis

El viernes 2 de febrero en toda la Diócesis de Urgell se celebró la Fiesta de la Presentación de Jesús en el Templo, conocida popularmente con el nombre de la Candelaria, celebrando la Jornada de la Vida Consagrada. El lema para esta Jornada Mundial de la Vida Consagrada es «La Vida Consagrada, encuentro con el Amor de Dios».
En la Catedral de Sta. María de Urgell la Eucaristía fue presidida por el Vicario General y Rector, Mn. Ignasi Navarri, y tomaron parte activamente los miembros del Movimiento diocesano Vida Ascendente así como también el gremio de los trabajadores del ramo eléctrico con una buena representación de la empresa local PEUSA, para honrar su Patrona, Virgen de la Luz.
En su homilía Mn. Ignasi presentó las fiestas litúrgicas de Navidad, Epifanía y la Presentación del Señor como un tríptico litúrgico bien conectado. Celebrar la fiesta de la Presentación del Señor en el templo es celebrar la fiesta del encuentro de Jesús, acompañado de José y María, con su pueblo, representado por los ancianos Simeón y Ana. Mn. Navarri pidió que así como José y María acompañan a Jesús en el templo «cumpliendo todo lo prescrito por la Ley y los profetas» así también los matrimonios de hoy inicien la vida cristina de sus hijos en la Iglesia. También subrayó como poner a Jesús en el centro de nuestras vidas hace siempre posible el encuentro tal como lo encontraron los dos ancianos Simeón y Ana, y exhortó a los fieles al necesario encuentro entre las diversas generaciones, jóvenes y ancianos, en nuestros días. Mn. Navarri recordó como aquel día 2 de febrero el movimiento apostólico «Vida Ascendente» celebraba también su día y su importancia en el acompañar espiritualmente la vejez. Finalmente, Mn. Navarri destacó como la Iglesia alegraba en la Jornada de la Vida Consagrada, que forma parte constitutivamente de la vida de la Iglesia. Los consagrados, a través de su propio carisma y de la vivencia de los consejos evangélicos, dan testimonio en nuestro mundo del Señor. Y pidió a los fieles rezar para que no falten nunca santas y abundantes vocaciones a la vida consagrada. Con los votos de pobreza, castidad y obediencia, los consagrados, son un signo de Dios ante el consumismo, erotismo y relativismo imperantes en nuestro mundo.

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