El día 10 de diciembre el Arzobispo de Urgell y Copríncipe de Andorra, Mons. Joan-Enric Vives, administró por delegación del Arzobispo Castrense, Mons. Juan del Rio, el sacramento de la Confirmación a 94 caballeros y damas alumnos de la Academia de Suboficiales de Talarn (Pallars Jussà) y administró el sacramento del bautismo a 2 adultos. Concelebraron con el Arzobispo el Pater de la Academia, P. Juan Antonio Mañán y Mn. David Codina, y acolitó el seminarista en etapa pastoral, Martín Candela.
A su llegada a la Academia Mons. Vives fue recibido por el Coronel Director, Ilmo. Sr. José Luis Guerrero, con quien despachó temas de actualidad en un clima de cordialidad.
Posteriormente se trasladaron al salón polivalente de la Academia de Suboficiales donde tuvo lugar la Eucaristía en la que el Arzobispo administró el sacramento del Bautismo a 2 adultos y el de la Confirmación a 94 jóvenes alumnos de la Academia.
En su homilía el Arzobispo recordó el gran servicio que llevan a cabo las fuerzas armadas al servicio de la paz y de la concordia y quiso agradecer su entrega generosa en tantas misiones en todo el mundo, como ha quedado patente últimamente en la actual pandemia. Felicitó a los jóvenes confirmandos y quienes recibían su bautismo por el compromiso de fe que recibían en ese día, precisamente, que se celebraba el Día de los Derechos Humanos coincidiendo con el día en que en 1948, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó la Declaración Universal de Derechos Humanos. La Declaración es un documento histórico que proclama los derechos inalienables que corresponden a toda persona humana, independientemente de su color, religión, raza, idioma, sexo, opinión política, etc. Mons. Vives exhortó a los confirmandos y a quienes recibían su bautismo a hacer realidad siempre en su misión militar los valores contenidos en esta declaración y en la Constitución Española siempre al servicio de la democracia y el orden público velando por la seguridad, el bien común, y la concordia entre los ciudadanos. Y pidió a los que recibían su confirmación y su bautismo un plus, como creyentes, tener siempre presente a Dios en sus vidas, acudiendo a la oración asidua.
Al final de la Misa el Arzobispo regaló una lamparilla de Navidad hecha con madera de olivo de Belén a los que habían recibido el sacramento del bautismo y confirmación, y el Pater de la Academia un pequeño libro para profundizar en su fe y una cruz.