El domingo 25 de noviembre, el Arzobispo de Urgell Mons. Joan-Enric Vives presidió la fiesta que conmemoraba los 300 años de las pinturas barrocas (1718) de la iglesia de St. Climent de Talltorta (Bolvir-La Cerdanya) con una Eucaristía solemne que presidió y que fue concelebrada por el Rector de la Parroquia, Mn. Xavier Parés y por Mn. David Codina.
A su llegada a Talltorta Mons. Vives fue recibido por el Ilmo. Sr. Alcalde de Bolvir, Sr. Bartomeu Baqué, así como la Concejala de Cultura de Bolvir, Sra. Roser Caselles y muchos fieles del pueblo, especialmente por las personas mayores, que en aquel domingo celebraban su fiesta.
Antes de iniciarse la Eucaristía, la restauradora que trabajó en la restauración de las pinturas que fueron promovidas por el Obispado de Urgell y inauguradas en el año 2012, Sra. Meritxell Izquierdo, presentó a los fieles la principal iconografía de la iglesia totalmente pintada que con razón es llamada la «Capilla Sixtina» de la Cerdanya, con mucha obra de pintura barroca realizada en 1718 por el obispo de Urgell Simeó de Guinda, en momentos de restauración después de la derrota de 1714. Pinturas barrocas de toda la iglesia, de una gran belleza y simplicidad, con colores vivos y representaciones de la vida de Cristo y de los santos, especialmente de San Clemente, papa y mártir, santo patrón de la Parroquia, así como el juicio final y San Juan Bautista.
A continuación tuvo lugar la Eucaristía dominical, en la fiesta litúrgica de Cristo Rey del Universo. En su homilía el Arzobispo explicó como el Año litúrgico acababa en aquel domingo para comenzar el domingo próximo Adviento, tiempo de preparación para la Navidad. Por eso, la fiesta litúrgica de Cristo Rey, como el final del año, nos llama a poner nuestra mirada sobre el año que dejamos atrás y saber agradecer todos los dones que hemos recibido por parte de Dios y, al mismo tiempo , pedirle perdón de nuestras faltas y pecados. El Arzobispo insistió cómo cada domingo los cristianos estamos llamados a celebrar la Eucaristía a lo largo del año y cómo debemos amar y valorar el domingo, como el día de la resurrección del Señor, que nos permite reencontrarnos en la familia, en el descanso, en la oración, y, fundamentalmente, en la Eucaristía. Cada domingo se convierte en un compendio de la Pascua del Señor. Animó a valorar la fe cristiana que hemos recibido de nuestros antepasados, y de la cual, las pinturas barrocas de 1718 de San Clemente de Talltorta, son un exponente claro, ya que eran una catequesis viva para el pueblo fiel de los misterios de la vida de Jesús y del juicio final donde todos tendremos que comparecer y dar cuenta a Dios de nuestra vida, tal y como está pintado bellamente en el templo de Talltorta. Animó a los fieles a preguntarse ¿quién es Cristo para mí? Es el Señor de mi vida, mi Rey? Y como sería mi vida sin Cristo y sin fe? Ya que la fe no es una idea racional sino que es creer en Dios hecho hombre, Jesucristo, que me ha de cambiar la vida y transformarla a través del seguimiento del auténtico Rey que debe ser Jesús. Por ello el Arzobispo insistió en la necesidad de que el Reino de Dios nos lleve a amar especialmente a los pobres y los marginados y ser generosos y comprometidos con la familia, el pueblo, el país y la Iglesia. Finalmente, en la fiesta de la tercera edad, el Arzobispo pidió saber valorar todo el trabajo y sabiduría que los que nos han precedido han llevado a cabo para hacer un pueblo y un país grande y fecundo, y exhortó a los fieles a saber transmitir este legado a las nuevas generaciones.
En el ofertorio una familia regaló para la iglesia unos candelabros y una cruz para el altar que el Arzobispo de Urgell agradeció.
Terminada la Eucaristía, una comida en el Centro Social de Bolvir con la participación de la gente mayor del pueblo concluyó la gozosa fiesta.
La iglesia de St. Climent descansa sobre los restos del ábside y pinturas románicas del siglo XII, que podrían estar realizadas sobre una iglesia del siglo IX.