10º aniversario de la beatificación de la Madre Janer y bendición de una imagen suya en Cervera

El día 8 de octubre, en la Parroquia de Sta. María de Cervera (Solsona), tuvo lugar una Eucaristía de acción de gracias al celebrarse el 10º aniversario de la beatificación de la Madre Ana María Janer Anglerill, el 8 de octubre de 2011, en La Seu d’Urgell, en una celebración presidida por el entonces prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, Emmo. Sr. Card. Angelo Amato.

La Eucaristía de acción de gracias fue presidía por el Administrador Apostólico del Obispado de Solsona, Mons. Romà Casanova, y concelebrada por el Arzobispo de Urgell, Mons. Joan-Enric Vives; el Rector de la Parroquia de Cervera, Mn. Xavier Romero y otros sacerdotes vinculados con el Instituto. Participaron las Hermanas del Instituto de la Sagrada Familia de Urgell, encabezadas por la Superiora General del Instituto, Madre Laura Garione, las Hermanas del Consejo General y numerosas Religiosas y fieles, vinculados a las diversas obras apostólicas de el Instituto, como la enseñanza o el servicio a los enfermos. También asistió el Alcalde de Cervera, Ilmo. Sr. Joan Santacana Vélez, así como la Sra. Rebeca Muñoz Carrilero, autora de la nueva escultura de la Madre Janer que fue bendecida por Mons. Vives al final de la celebración eucarística.

En su homilía Mons. Romà Casanova subrayó cómo la Beata Ana María Janer (1800-1885), nació en la ciudad de Cervera el 18 de diciembre del año 1800, y al día siguiente ya recibió la gracia del bautismo. En el hogar familiar, profundamente cristiano, aprendió a conjugar la vida de piedad con la solicitud por los pobres y los enfermos, a los que visitaba frecuentemente en el hospital de Castelltort de Cervera. Su familiaridad con el sufrimiento humano y con las hermanas de la caridad, que allí se encargaban de los enfermos y de una escuela de niñas necesitadas, hizo que pronto sintiera la llamada del Señor a seguirle dentro de aquella comunidad de vírgenes de la caridad, consagradas a servir a Cristo en los enfermos y los pobres. En 1819 entró como Hermana de la Caridad en el hospital de Cervera, donde permaneció durante 17 años ininterrumpidos entregada al cuidado de los enfermos, y en la educación de las niñas, ejerciendo el cargo de maestra de novicias y de superiora. Fueron momentos especialmente difíciles, marcados por las llamadas guerras carlistas, que eran guerras civiles que ensangrentaron la historia de España del siglo XIX, y por las secuelas que las acompañaron: muertes, destrucciones, hambre y pestes. Ana María Janer se consagró con total dedicación a la asistencia de las víctimas de la guerra: ancianos, viudas, huérfanos, heridos y enfermos. El 1849 se abrió en su vida un nuevo campo de acción cuando se ofreció como voluntaria para trabajar como Hermana en otra institución de caridad, la Casa de Misericordia de Cervera, que acogía las numerosas víctimas de la guerra. Durante diez años atendió amorosamente a los huérfanos de aquella casa, los niños de familias muy pobres, los jóvenes discapacitados sin esperanza y los ancianos. En 1858, el obispo de Urgell, Mons. Josep Caixal Estradé, que la conocía de su tiempo de profesor de teología en Cervera, pidió a la Madre Janer que se hiciera cargo de la dirección del Santo Hospital de La Seu d’Urgell. Y el 29 de junio de 1859, llegó con dos postulantes a La Seu, donde fundó el Instituto de Hermanas de la Sagrada Familia de Urgell. El mes de agosto presentó al obispo la regla de vida de las hermanas y en 1860 recibió la aprobación diocesana del nuevo Instituto dedicado a la asistencia de enfermos y pobres, y a la enseñanza de la infancia y de la juventud marginada, siempre viendo en ellos el rostro de la persona de Jesucristo. Fundó escuelas, hospitales y casas de caridad en las diócesis de Urgell, Solsona y Barcelona. Mons. Casanova subrayó cómo la Beata Ana María Janer se convirtió en una luz del Señor en aquel convulso siglo XIX con su vida dedicada toda ella a amar y servir. «Amarte y servirte siempre y en todo» – decía ella- a Dios Nuestro Señor a quien la Madre Janer veía en cada hermano.

Al final de la Misa, el Arzobispo de Urgell Mons. Joan-Enric Vives fue el que llevó a cabo la bendición de la nueva imagen de la Beata Ana María Janer, que es una escultura en bronce obra de la autora Rebeca Muñoz. La escultura ha sido ubicada en una capilla de la iglesia parroquial de Sta. María de Cervera. La Beata está representada a tamaño natural llevando a cuestas un niño desnudo como signo de su dedicación hacia los niños y jóvenes más marginados y dejándose abrazar por un anciano como signo de su caridad hacia los más necesitados.

Compartir