El grupo de jóvenes que ha peregrinado a Roma en el Jubileo ha recibido este domingo las palabras de envío del Santo Padre en la Misa multitudinaria, con miles de jóvenes de todo el mundo, con centenares de sacerdotes y los obispos que han acompañado a sus diócesis, entre los que ha estado el obispo de Urgell, Mons. Josep Lluís Serrano, que se ha llevado a cabo en la zona de Tor Vergata, cerca de Roma.
El Papa León XIV ha pedido a los jóvenes que sean la luz y las semillas de esperanza en el mundo, que lleven toda esa alegría de vivir el Evangelio a su entorno, a los demás jóvenes, a su vida cuando regresen a sus hogares. En su homilía les ha recordado que hemos sido creados para una existencia que se genera constantemente en el don y en el amor, que ninguna realidad creada nos puede saciar como Cristo y que no busquen sucedáneos en el espejismo de la tecnología, porque “Dios llama amablemente a la puerta de nuestra alma y es hermoso abrirle de par en par el corazón” para aventurarnos con Él hacia espacios infinitos.
Después los jóvenes regresaron a la residencia donde estaban alojados y allí celebraron una oración de Acción de Gracias por la peregrinación y el Jubileo, acompañados por el Obispo de Urgell, Mons. Josep-Lluís; y recibieron el «Testimonium» que acredita la participación en el Jubileo de los Jóvenes, y se bendijeron los recuerdos religiosos para las familias.
La celebración ha sido el punto final de unos días de gran intensidad, que comenzaron con la misa de bienvenida a los jóvenes en la Plaza de San Pedro, celebrada por Mons. Rino Fisichella, pro-prefecto del Dicasterio para la Evangelización, y en la que el Santo Padre les dirigió un saludo en el que les recordó que los jóvenes son la sal de la tierra y la luz del mundo: “Y hoy, sus voces, su entusiasmo, sus gritos -que son todos por Jesucristo- se escucharán hasta los confines del mundo”. Les dijo que comenzaban un camino, el del jubileo de la esperanza, y que el mundo necesita mensajes de esperanza: vosotros sois ese mensaje y lo debéis seguir dando a todos”, y terminó con un grito por la paz: “¡Queremos la paz en el mundo!”.
Los jóvenes de Urgell participaron, junto con Mons. Serrano, en la celebración, y después pudieron seguir el saludo del Santo Padre y su bendición.
También han asistido en estos días a las diferentes actividades y celebraciones, entre las que se ha proclamado en la Basílica de Santa María in Trastevere, el Manifiesto de los Jóvenes Cristianos de Europa, que pone a la juventud en el centro de una Europa y que busca dar respuestas a las grandes preguntas de sentido de esta generación, que lleva una herida que la ha hecho alejarse de la religión y que le ha hecho perder el sentido vital. Los jóvenes también han pasado por la Puerta Santa y han ganado el jubileo.
La pre-Vigilia en Tor Vergata estuvo llena de testimonio (con cuatro jóvenes que ofrecieron su testimonio de conversión), de música y oración, con un grupo del Movimiento Hakuna dando un mensaje de unidad en el escenario. En la Vigilia, el Santo Padre, animando a los jóvenes reunidos en un diálogo, habló de la amistad, del valor de decidir y de la llamada al bien. Introdujo la invocación al Espíritu Santo y, acompañado por la oración de cerca de un millón de jóvenes, hizo la meditación del Evangelio de los discípulos de Emaús y la Adoración Eucarística. Tuvo también un recuerdo (como también lo hizo al final de la celebración del domingo) por dos jóvenes que han muerto durante los días del jubileo, una española y una egipcia.