«¡Europa, sé tú misma!»: Manifiesto ecuménico de los Obispos de Europa ante las Elecciones europeas 2024

Un mensaje a las instituciones europeas, candidatos al Parlamento Europeo y partidos políticos

Los firmantes de esta Declaración observan con preocupación las consecuencias de las sucesivas crisis económicas, migratorias, sanitarias y energéticas en Europa y el mundo, y las devastadoras guerras a nuestro alrededor. Estos desafíos van acompañados de una crisis más amplia de valores en el ámbito europeo, que pone en duda los principios e instituciones democráticos. Los ciudadanos europeos también se han vuelto más conscientes de la dificultad dentro de los centros de toma de decisiones europeos para responder eficazmente a esta realidad.

Como actores intelectuales, religiosos y políticos, cada uno de nosotros, proponentes de la visión europea, nos sentimos llamados a contribuir a redefinir el marco de prioridades para un futuro sostenible para Europa.

El concepto de democracia participativa y asegurar la mayor participación posible de los ciudadanos en el proceso de toma de decisiones y gestión de los asuntos europeos es de vital importancia.

Durante la Conferencia sobre el Futuro de Europa, notamos claramente que una gran proporción de ciudadanos, que miran con confianza el futuro europeo a través del prisma de los valores cristianos, ahora se sienten marginados, ya que no tienen la oportunidad de expresar sus posiciones y opiniones de manera autónoma y distinta.

También observamos la exclusión de cualquier referencia apropiada a los valores cristianos en los textos relevantes de la UE. Esto es una clara indicación de que se está pasando por alto la importancia de la tradición cristiana como el «milieu» en el que se establecieron los valores europeos actuales.

Precisamente en este período preelectoral, nosotros, como cristianos, expresamos nuestra disposición a asegurar un diálogo político sustancial y profundo que también sea una oportunidad para expresar nuestro firme compromiso con los valores europeos y el acervo de la UE.

Observamos con pesar que valores que antes se daban por sentados, como la paz, la estabilidad y la prosperidad, y el estado de derecho en lugar del gobierno por el poder, ahora han sido destrozados. La inseguridad y el miedo dominan gran parte de las opiniones de los ciudadanos sobre el futuro de Europa y el mundo.

El miedo motiva a algunos de ellos a buscar soluciones y apoyo espiritual en una versión objetivada e instrumentalizada de la tradición, a veces disfrazada de un llamado a los «valores tradicionales». En tales casos, los conceptos de «patria» y «religión» se utilizan como armas, y figuras históricas dudosas se convierten en héroes. Todo esto ocurre en un espacio público dividido, cada vez más caracterizado por la polarización e influenciado por la desinformación distribuida en las redes sociales digitales. Esto ensombrece el diálogo y socava la recepción moderada de la opinión de expertos y el desacuerdo respetuoso, así como los principios de las sociedades democráticas.

Con frecuencia observamos la realidad de monólogos paralelos, así como el desarrollo de grupos comunitarios cerrados en los que se crean y divulgan opiniones desprovistas de pensamiento crítico y contraargumentación.

En un entorno así, y ante el período preelectoral, pensamos que el liderazgo de Europa y las facciones políticas están llamados a reformular sus propias narrativas basadas en las tendencias a largo plazo que caracterizan el proceso de integración europea.

Los valores cristianos, compartidos por una gran parte de los ciudadanos europeos, pueden proporcionar una garantía de un enfoque seguro a los cambios y desafíos que enfrentamos. Es útil -si no esencial- que las facciones europeas tengan en cuenta los valores cristianos en la política europea, especialmente en cuestiones críticas y en un paisaje político laberíntico donde los ciudadanos están particularmente preocupados por cualquier norma cambiante e inestable.

Con este fin, expresamos nuestro compromiso de trabajar juntos, de manera dinámica e inclusiva, para promover una agenda europea positiva que se inspire en los valores cristianos. Para hacerlo, hacemos un llamado a fortalecer y materializar el diálogo abierto y regular con las Iglesias que se prevé en el Tratado de Lisboa.

Hacemos un llamamiento a los grupos políticos de las Instituciones Europeas, los partidos políticos y los candidatos a eurodiputados para:

1) Reconocer los valores cristianos como un fundamento principal del proyecto europeo implementando en mayor medida el Artículo 17 (3) del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea, relativo a un diálogo abierto, transparente y regular con las iglesias y asociaciones religiosas.
2) Luchar contra la instrumentalización de los valores cristianos para intereses políticos y en la perspectiva de narrativas etno-raciales.
3) Promover los valores cristianos en los programas políticos y campañas preelectorales.

 

Comisión de Conferencias Episcopales de la Unión Europea
Conferencia de Iglesias Europeas
Asamblea Interparlamentaria sobre la Ortodoxia
Juntos por Europa

Compartir