La tarde del sábado 21 de octubre tuvo lugar en la Parroquia de San José de Terrassa la celebración de la fiesta de San Galderic, patrón del campesinado catalán. Este año la Fundación Sant Galderic que organiza la Misa junto con el Rector de la Parroquia, Mn. Jordi Fàbregas , quiso invitar como predicador al Arzobispo de Urgell, Mons. Joan-Enric Vives. A la Eucaristía asistieron los Alcaldes de Terrassa y Matadepera, Ilmos. Sres. Jordi Ballart y Guillem Montagut; el Presidente de la Fundación Sant Galderic, Sr. Miquel Font, y una gran cantidad de fieles que llenaban el templo parroquial de San José. Concelebraron con el Arzobispo, el Rector, Mn. Jordi Fàbregas, Mn. Carles Cahuana y otros presbíteros de Terrassa.
En sus palabras iniciales el Arzobispo de Urgell mostró su alegría por poder presidir este año la fiesta de San Galderic, patrón de los campesinos catalanes, y agradeció la invitación del sr. Rector y la presencia de los Alcaldes de Terrassa y Matadepera. Sin embargo, quiso pedir desde el inicio de la celebración eucarística, una oración intensa por la paz en Gaza y Tierra Santa y comunicó las recientes noticias que había recibido de la parroquia católica latina de Gaza dedicada a la Sagrada Familia que había acogido a las víctimas y familiares del reciente bombardeo en la iglesia griega ortodoxa de San Porfidio. Pidió a los fieles rezar especialmente por la reconciliación y la paz
En su homilía el Arzobispo Vives glosó las lecturas de la Palabra de Dios proclamadas en aquel domingo donde Jesús responde a la pregunta comprometedora que le hacen sobre si “¿es lícito o no, pagar tributo al César?”. Y la respuesta de Jesús, que “den al César lo que es del César, y a Dios, lo que es de Dios”. Mons. Vives glosó cómo la respuesta de Jesús busca rehuir la polémica e ir más allá de una pregunta capciosa con mala intención y que los cristianos luchen por la transformación del mundo implicándose en las realidades temporales pero teniendo claro que la primacía siempre es de Dios. Mons. Vives subrayó el valor de quienes se dedican honestamente a la más alta de las caridades, como es el servicio político, con la intención de mejorar la sociedad y trabajar por el bien común, pero destacó cómo no hay ninguna realidad temporal que pueda agotar el Evangelio, que siempre nos anima a construir el Reino de Dios yendo más allá y valorando sobre todo la dignidad de toda persona humana, desde su concepción hasta su muerte natural. No podemos caer en un espiritualismo desencarnado, pero tampoco podemos olvidar la primacía que siempre debe tener Dios. En el Domingo del DOMUND, quiso orar y tener presentes a los misioneros y misioneras, que trabajan en la evangelización “ad gentes”, en todos los pueblos, destacando su vocación y cómo en aquel domingo les teníamos que ayudar con nuestra oración y con la aportación económica, porque la labor de los misioneros era muy importante.
Finalmente, en la fiesta de San Galderic, quiso recordar el valor del campesinado y de las personas que trabajan con la tierra ya que nos ayudan a saber valorar que todo lo que recibimos es un don de Dios: a sembrar con esperanza, creyendo que recogeremos el fruto, confiando en la gracia y la ayuda de Dios. El Arzobispo oró por el don de la lluvia tan importante por los campesinos y sus cultivos y quiso agradecer el trabajo que la Fundación Sant Galderic lleva a cabo para ayudar a diversas entidades y realidades de Terrassa y de sus contornos.
Al final de la Misa el Arzobispo bendijo las tradicionales tortas de San Galderic que son repartidas entre los asistentes. Luego el Presidente de la Fundación, Sr. Miquel Font, hizo la entrega de las Ayudas anuales a los proyectos sociales que han sido escogidos y reconocidos por la Fundación.
Un tentempié de hermandad en los locales parroquiales al terminar la Eucaristía sirvió para poner fin a una fiesta entrañable.