Confirmaciones en La Fuliola

En la iglesia parroquial de La Fuliola, 5 jóvenes del pueblo y 1 de Tornabous, recibieron el sacramento de la Confirmación de manos del Arzobispo Joan-Enric el domingo de la Santísima Trinidad, día 4 de junio. Concelebraron con el Arzobispo el Rector, Mn. Carlos Albert Ospina y Mn. David Codina, acompañados por el diácono Mn. Josep Caba. Acolitó el franciscano de Cruz Blanca, Hno. Joaquín Cifuentes.

Al iniciarse la celebración eucarística el Arzobispo recibió el saludo del Alcalde de La Fuliola, Ilmo. Sr. Jaume Ferrer Carrera, que le dio la bienvenida a la población y le agradeció su presencia. El Arzobispo le agradeció su saludo y le felicitó por haber sido escogido democráticamente para renovar la Alcaldía en las recientes elecciones municipales.

En su homilía el Arzobispo animó a los jóvenes confirmandos a ser siempre seguidores de Jesús y a creer en el Dios que es Uno y Trino: Padre, Hijo y Espíritu Santo, misteriosa comunión de Amor. Recordó a los jóvenes cómo desde el inicio de la celebración eucarística hacemos la señal de la cruz invocando la Santísima Trinidad y cómo esta invocación acompaña siempre a los cristianos en los momentos más importantes de la vida: el nacimiento y el bautismo, los viajes, situaciones importantes, la muerte, con el entierro… «Yo soy el SeñorDios compasivo y misericordioso, lento a la ira, y rico en clemencia», proclamaba la 1ª lectura del Libro del Éxodo: Dios se revela como misericordia, amor y bondad, por eso quien quiere conocerlo debe vivir en la misericordia, en el amor y la bondad. Así, Mons. Vives animó a los jóvenes a vivir siempre en el amor y a no tener ningún dios fuera del verdadero Dios. Los ídolos como el éxito, el dinero, la fama, la pornografía, el orgullo… no pueden ser Dios y nos quitan la libertad auténtica y nos esclavizan, ya que nos dan una imagen irreal de lo que es la auténtica felicidad: amar y ser amados. Un amor que se basa no en la posesión y en la falta de libertad sino en los gestos de amor desinteresado y altruistas hacia los demás, en el sacrificio de la vida por amor. En este sentido, el Arzobispo puso como ejemplo la reciente peregrinación al Santuario de la Virgen de Lourdes, donde había participado más de 300 fieles, entre ellos un buen grupo de parroquianos de La Fuliola.

Animó a los jóvenes a vivir en la fe que profesarían renovando las promesas de su bautismo, renunciando a Satanás y al pecado, a todo lo que les aparta de Dios y de los hermanos, y confesando la fe, en Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, toman un compromiso nuevo de vida cristiana exigente. Y les puso como ejemplo el amor de sus padres que un día les engendró en la vida y que les ha ido acompañando. Finalmente animó a los padres y padrinos a ser puntales, ayudadores, educadores, de los jóvenes, y acompañarlos con su ejemplo y testimonio, durante toda su vida, siendo unos referentes de fe y de virtud para los jóvenes.

Al final de la Misa, el Arzobispo regaló a los jóvenes un Nuevo Testamento animándoles a leer cada día un breve fragmento para que les ayude en su caminar como cristianos.

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