El sábado 13 de mayo, Domingo VI de Pascua, el Arzobispo de Urgell Mons. Joan-Enric Vives, administró el sacramento de la Confirmaciones a 19 jóvenes de la Parroquia de Balaguer y pueblos vecinos de La Noguera. Concelebraron con el Arzobispo el Rector y Arcipreste de Noguera, Mn. Jordi Profitós y los sacerdotes del Arciprestazgo Mn. Pau Vidal; Mn. Jerrick Banzuela, que solemnizó los cantos de la Misa en el órgano; Mn. Ramon Solé y Mn. Francisco Angulo. También concelebró el P. Jordi Vilà, Superior Provincial de la Escuela Pía de Cataluña desde el pasado mes de marzo y que actualmente ocupaba el cargo de director en la Escuela Pía de Balaguer, de donde provenían un gran grupo de los confimandos.
En su homilía el Arzobispo animó a los jóvenes confirmandos a vivir lo que Jesús proclamaba en el Evangelio de aquel domingo: «Si me amáis, guardad mis mandamientos». Debemos cumplir, guardar, los mandamientos de Dios porque son un camino de felicidad. Dirigiéndose a los jóvenes el Arzobispo les animó a perseverar en lo que han aprendido a la catequesis a lo largo de estos años y a rezar porque “el Padre, os dará otro Defensor, el Espíritu de la verdad, para que se quede con vosotros para siempre”. Precisamente en el sacramento de la Confirmación los jóvenes recibían la plenitud del Espíritu Santo, el Defensor, el Paráclito, que ya habían recibido como semilla en el bautismo y que ese día recibían en plenitud. El Espíritu Santo es la fuerza del amor que hace que podamos amar a todos nuestros hermanos sin distinciones ni discriminaciones, el amor del Padre, que nunca nos deja, por mucho que nos equivoquemos o pequemos en la vida. Jesús no nos deja huérfanos y nos acompaña en nuestro interior. Finalmente, animó a los jóvenes a creer en las realidades que no se ven pero que son las más importantes de la vida: el amor y la fe, el alma espiritual, que nos hace ser inhabitados por el amor de Dios, mucho más superiores a cualquier otro ser vivo.
Al final de la Misa el Arzobispo regaló a los jóvenes un Nuevo Testamento exhortándoles a que pudieran leer un breve fragmento cada día porque les ayudaría en su vivir como jóvenes cristianos.