El 19 de marzo, solemnidad de San José, en toda la Diócesis se celebró el Día del Seminario, este año con el lema «Levántate y ponte en camino».
El Arzobispo de Urgell, Mons. Joan-Enric Vives, presidió el día 19 de marzo la Eucaristía dominical del IV Domingo de Cuaresma, domingo “Gaudete”, en el Hogar de San José de La Seu d’Urgell, cuyo Patrón es el Santo Custodio de Jesús.
En su homilía el Arzobispo glosó las lecturas de la Palabra de Dios proclamadas, sobre todo, el Evangelio del ciego de nacimiento. Jesús fue causa de gran alegría para aquel ciego de nacimiento al que otorgó la vista corporal y la luz espiritual de la fe. El ciego creyó y recibió la luz de Cristo. En cambio, aquellos fariseos, que se creían en la sabiduría y en la luz, permanecieron ciegos por su dureza de corazón y por su pecado. De hecho, «no creyeron que aquel hombre hubiera sido ciego y hubiera llegado a ver» (Jn 9,18). Sin la luz de la fe seríamos casi ciegos. Nosotros hemos recibido la luz de Jesucristo y es necesario que toda nuestra vida sea iluminada por esta luz. Más aún, esta luz debe resplandecer en la santidad de la vida para atraer a muchos que todavía la desconocen.
La Pascua está cercana y el Señor quiere comunicarnos toda la alegría de la Resurrección. Dispongámonos para acogerla y celebrarla. «Ve a lavarte» (Jn 9,7), nos dice Jesús… A lavarnos en las aguas purificadoras del sacramento de la Penitencia, que renueva la gracia del bautismo. Reencontraremos la luz y toda la alegría y cumpliremos la mejor preparación para la Pascua.
Mons. Vives animó a rezar especialmente por las vocaciones al ministerio ordenado y recordó cómo el día antes, 18 de marzo, los 4 seminaristas de la Diócesis habían sido admitidos a Órdenes, en la Catedral.
El Seminario diocesano, unido al Seminario Interdiocesano de Cataluña, debe estar en el corazón y las oraciones de todos los diocesanos. Ahora hay cuatro seminaristas peparándose para ser ordenados, si Dios quiere. Oremos por ellos y por todos los demás que en todo el mundo están en camino. ¡Que San José los guarde!