Mons. Vives participa en la Mesa redonda del Foro Omnes sobre el ministerio sacerdotal

Escrito por: María José Atienza / Paloma López

¿Qué sacerdotes necesita la Iglesia hoy? ¿Cómo ha de ser su formación humana y espiritual? ¿Echan de menos algo en esta formación? Estas son algunas de las preguntas tratadas en el Foro Omnes del 15 de marzo, sobre la vida afectiva y la personalidad sacerdotal.

Joan Enric Vives, arzobispo y presidente de la Comisión episcopal para el Clero y Seminarios de la Conferencia Episcopal Española, y el doctor Carlos Chiclana, psiquiatra y autor de “Retos, riesgos y oportunidades de la vida afectiva del sacerdote”, fueron los ponentes del último Foro Omnes centrado en la Vida afectiva y personalidad sacerdotal. Claves para la formación, organizado junto a la Fundación CARF y con la colaboración del banco Sabadell.

Decenas de personas se dieron cita en la sede de la Fundación Carlos de Amberes (Madrid, España), el miércoles 15 de marzo para este Foro en el que se pusieron de relieve la necesidad de formación clara y adecuada en el tiempo del seminario y durante la vida sacerdotal, así como las principales conclusiones que el equipo del doctor Chiclana ha extraído de su estudio “Retos, riesgos y oportunidades de la vida afectiva del sacerdote”, en el que participaron más de un centenar de sacerdotes y seminaristas.

El director de Omnes, Alfonso Riobó, dio la bienvenida a ponentes y asistentes destacando que “la afectividad y la felicidad están muy relacionadas”, pues a través de una buena formación se puede integrar “la afectividad en el conjunto de la personalidad”, un aspecto necesario para la plenitud de cualquier persona.

“La formación sacerdotal es un único gran camino”

Joan Enric Vives, arzobispo y presidente de la Comisión episcopal para el Clero y Seminarios de la Conferencia Episcopal Española y obispo de Urgell, fue el primero en tomar la palabra. En su intervención destacó un libro llamado “Formar pastores misioneros, un documento que obtuvo total unanimidad por parte de todos los obispos españoles”, esencial para comprender el proceso formativo de los sacerdotes y seminaristas. En dicho texto, se puede apreciar que “la formación sacerdotal es un único gran camino”.

Vives quiso partir de la idea de que el sacramento del orden consiste en “hacer llegar la gracia de la paternidad de Dios a todos”. El sacerdote, explicó el obispo, es “portador las 24 horas del día, toda su vida, hasta que muera, de la gracia del orden sacerdotal para la Iglesia y para el mundo”. Precisamente por ello, es importante que “el proceso formativo dure toda la vida, no solo durante la época del seminario”.

En este sentido, el obispo de Urgell destacó que “psiquiatría y formación sacerdotal tienen que ir juntos, tienen que buscar juntos el bienestar de nuestros sacerdotes y seminaristas”. Especialmente importante es “la colaboración con la psiquiatría y la psicología en el periodo de discernimiento vocacional”.

Todo ello sin olvidar que “uno se forma también a sí mismo, acogiendo el don de Dios, dejando que te forme el Espíritu Santo en la Iglesia y en los caminos que la vida nos abra”.

La importancia de cuidar el corazón

Vives señaló que “los sacerdotes, como hombres que son, no dejan de tener unas necesidades y unas carencias”. Por ello, es bueno que “tengan como lema para toda la vida la importancia de dejarse ayudar”.

La ayuda que puedan obtener se dirige a cuidar el corazón, algo de lo que se ha hecho eco multitud de veces el Papa Francisco y es que, como recalcó el arzobispo, “en la Escritura se destaca el papel del corazón” constantemente.

Pero, ¿por qué es importante cuidar el corazón? Como afirmó Vives, porque esa atención permite “formar el corazón del hombre para que pueda amar como Cristo ama a su Iglesia”.

Claves para la formación en la caridad pastoral

Joan Enric Vives finalizó su ponencia concretando cinco claves para la formación en la caridad pastoral, con el fin de ayudar tanto a seminaristas como a sacerdotes. Los puntos mencionados por el obispo fueron:

  • Adquirir los sentimientos del Hijo de Dios
  • Sentir con el Pueblo de Dios, sentirlo como propio
  • Dar consistencia a la personalidad
  • Vivir la fraternidad
  • Acoger la simplicidad de vida, la pobreza y la infancia espiritual
  • Fomentar el espíritu evangelizador o misionero
La vida espiritual como centro de todo

En segundo lugar, tomó la palabra el médico psiquiatra Carlos Chiclana, que centró su ponencia en los resultados del estudio anteriormente citado. En este estudio participaron 128 sacerdotes y seminaristas, con una media de edad de 50 y 20 años de vida sacerdotal, aproximadamente.

Explicó el doctor Chiclana que dicho estudio se basó en “cinco preguntas abiertas sobre qué retos parecían más significativos para la vida afectiva de un sacerdote, qué riesgos apreciaban, qué oportunidades veían, qué les ayudó en particular en su formación sobre la afectividad y qué echaron de menos en la formación”.

Los resultados demostraron que “las áreas de mayor interés son la vida espiritual, la soledad, las relaciones interpersonales y la formación”, sin embargo, Chiclana aclaró que entre los participantes “no se muestra que hayan echado en falta formación en relación a la soledad, tanto física como afectiva”.

Las conclusiones del estudio

Carlos Chiclana afirmó que, teniendo en cuenta los datos aportados por el estudio, es importante “potenciar en los sacerdotes todo lo relacional, la amistad”, de tal modo que “puedan vivir las relaciones humanas con normalidad, intimidad, libertad afectiva y compromiso”.

Además, el psiquiatra propuso “que todos los seminaristas sean evaluados psicológicamente para ayudarles”. Con el fin de conocerlos mejor y ayudarlos “a poner todos los medios necesarios para madurar en su vocación personal”. Y, junto a todo esto, reforzar la idea de que “los sacerdotes se tienen que cuidar para poder cuidar a los demás”.

Antídotos contra la soledad

El doctor Chiclana, al igual que Vives, quiso concretar algunos puntos y, en su caso, estos se refirieron a la lucha contra la soledad que puedo aquejar a los sacerdotes y seminaristas:

  • Apego ordenado que aporte seguridad y protección
  • Integración social
  • Nutrirse de relaciones con los demás
  • Reafirmación de la valía
  • Alianza fiable con otros
  • Orientación a través de alguien de confianza y con experiencia
Responsabilidad e integración

Tras las ponencias, se dio paso a un turno de preguntas en el que emergieron cuestiones como el acompañamiento a los sacerdotes de las familias en las comunidades cristianas. A lo que respondió el doctor Chiclana que “lo primero y más sencillo es en lo material”. Si se ayuda a los sacerdotes en cosas del día a día, los pastores pueden dedicar más tiempo a la administración de los sacramentos y a su vida espiritual.

Por su parte, Vives explicó que “hay una responsabilidad mutua” que debe llevarnos a “fomentar diversas formas de fraternidad”, con el fin de cuidar unos de otros.

También trataron la idea de excluir una vía, ya sea la espiritual o la psicológica, cuando el sacerdote o seminarista tiene algún tipo de malestar, haciendo que el problema intente resolverse desde un punto de vista muy limitado. En este aspecto, el doctor Chiclana recalcó la importancia de fomentar la integridad en todos los aspectos de la persona, de tal modo que se trabaje cada cuestión del modo más adecuado, de tal modo que se logren “integrar los aspectos tanto espirituales como humanos”.

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