Fiesta de la Beata Ana María Janer

El día 11 de enero, en la iglesia de la residencia de la Sagrada Familia de Urgell, donde reposan los restos de la Beata Ana María Janer Anglarill, fundadora de las RR. de la Sda. Familia de Urgell, se celebró la fiesta litúrgica de la Beata con una Eucaristía de la Comunidad de Religiosas que viven en ella, presidida por Mn. David Codina, Secretario general, y concelebrada por el Rector de la Parroquia, Mn. Ignasi Navarri.

Debido a la pandemia sólo pudieron asistir las Religiosas del Instituto que forman parte de la comunidad de La Seu d’Urgell pero se unieron de espíritu con todas las Religiosas del Instituto de todo el mundo, que tienen el sepulcro de la Beata y la Casa de La Seu d’Urgell como referencia espiritual.

En su homilía Mn. David recordó algunos fragmentos de los “Pensamientos, memorias, conversaciones íntimas” de Ana María Janer. Nos dice: “En vuestro trato, sed amables con todos, de cara a conquistarlos para Jesucristo y ganarlos para el Cielo. Cuando estéis enojadas o enfadadas no reprendáis a nadie, porque la reprensión en este acto es inútil, ni hace buen efecto, ni es causa de enmienda en ninguna persona. Sé de cierta persona, que cuando tiene motivos de estar disgustada, lo mira bien, lo considera, y entonces habla más flojito y tiernamente a los propios domésticos y a quienes le dan motivo de disgusto o enfado. Esto es hijas mías, sobreponerse, saber gobernar y ser superior a sí mismo.

“Sed humildes de corazón, no sólo de palabras; ya sabéis que Jesucristo vino al mundo, para corregir y detestar la soberbia, enseñando la humildad con sus actos. No son humildes las personas que a cada paso se llaman miserables, pecadoras. Sed amantes de la santa pobreza y no busquen comodidades, ni comidas exquisitas; si os las dan, tomadlas sin temer faltar a la pobreza. Amad los desprecios, sin buscarlos ni quererlos; sino tomándolos de la forma que vengan, por amor a Jesús. Conviene repasar el corazón para ver si alimenta alguna afección desordenada, y si la encontráis, exponed sus pliegos al Padre Director espiritual, porque no avanzará en la santidad la que no lo haga así. No tengaís celos ni envidias; si alguna tiene estas pasiones, que lleve examen particular hasta verse corregida. Cada día, sin rutina y con fe ardiente, antes de acostarse, pregúntese: ¿podrías hoy, presentarte ante Dios? Cuando llega el examen de la noche siempre me pregunto si he cumplido bien con todos mis actos; si no es así, tengo una pena. Si lo he sabido ordenar bien, siento consolación y me parece que Dios está contento. Procuremos guardar la presencia de Dios que en la oración hayamos conseguido; en todo lugar y distribución, tener a Dios presente. Así, en las clases, trabajo, cocina, refectorio, recibidor; siempre, siempre, tener a Dios presente. ¡Oh, qué hermosa es la práctica de la presencia de Dios y cómo eleva todas nuestras obras!

Y glosando las lecturas de la Palabra de Dios proclamada en ese día subrayó cómo la Beata Ana María Janer hizo realidad de forma bien encarnada el Evangelio de Mateo 25.

La Beata Ana María Janer Anglerill, nació en Cervera el 18 de diciembre de 1800. El 29 de junio de 1859 fundó en La Seu d’Urgell, el Instituto de Hermanas de la Sagrada Familia de Urgell, dedicado al educación cristiana de chicas y jóvenes y a la asistencia de enfermos y ancianos. El núcleo de su carisma fue el misterio del amor de Dios manifestado en la humildad y misericordia de Jesús en favor de los hombres. Murió en Talarn el 11 de enero de 1885 y fue beatificada en La Seu d’Urgell el 8 de octubre de 2011 en una ceremonia que llenó de ilusión y acción de gracias la familia janeriana y la Diócesis de ‘Urgell.

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