El jueves día 27 de septiembre tuvo lugar en el Seminario Conciliar de Barcelona el acto de conmemoración por el 10º aniversario del fallecimiento de quien fue Obispo auxiliar de Barcelona, Mons. Joan Carrera Planas. Fue el 3 de octubre de 2008 cuando el estimado obispo auxiliar de Barcelona, hizo el traspaso a la casa de Dios, dejando su huella en cada uno de aquellos que lo conocieron. Porque, tal como dijo Jordi Breu, el presidente del Memorial Joan carrrera, «el paso de los años es inapelable, pero el recuerdo del obispo se mantiene vivo». En el acto intervino, entre otros, el Arzobispo emérito de Barcelona, Cardenal Lluís Martínez Sistach; el Arzobispo de Urgell, Mons. Joan-Enric Vives; así como el Director de Asuntos Religiosos de la Generalitat de Cataluña, Sr. Marcel·lí Joan, el Rector del Seminario de Barcelona Mn. Felip Juli Rodriguez y el editor y amigo Eduard Fornes.
En este primer encuentro el objetivo era recordar la figura del obispo a través de aquellos que lo trataron de tú a tú; empezando por el propio presentador Francesc Rosaura. El periodista de TV3, que tuvo la oportunidad de entrevistarlo varias veces en el programa Signes dels Temps. Al principio del acto dio paso a alguno de los fragmentos de las entrevistas que la cadena había hecho al obispo Carrera. Las preguntas y respuestas trataban temas como la acogida, la integración y la preocupación por el bienestar de los recién llegados, sobre todo, de aquellos que habían llegado de Andalucía en plena época de movimientos migratorios. El obispo también comentaba los valores y recuerdos de la Iglesia Catalana en plena dictadura. Todo ello, inquietudes que hacían del obispo Carrera un hombre consciente de la realidad y las necesidades de su tiempo.
Con esta pequeña muestra se presentó alguna de las huellas más claras del obispo Carrera, como lo fue su pastoral de acogida e integración. En esta línea, el presidente del Memorial Obispo Joan Carrera, Jordi Breu, destacó como «el obispo siempre demostró coraje en la defensa de los Derechos Humanos». Este recordaba su carácter «humilde», conciliador, optimista, misericordioso y comprometido». Un compromiso ligado también a la tierra, «a la voluntad de difundir el mensaje cristiano y la defensa de Cataluña con puentes de diálogo y servicio en su tierra», recordaba Breu. A menudo volvía a la memoria hoy ante la situación que vive el país, y pensaba «qué diría el obispo Juan de todo esto?».
El nuevo rector del Seminario de Barcelona, Mn. Felip Juli, intervino recordando los cinco años que trabajó como vicario «codo a codo» con el obispo Carrera, cuando éste era rector de la parroquia de San Isidro del Hospitalet. «Una relación de hermanos, -recordaba Mn. Felip Juli- en que Mn. Carrera siempre respetó mi manera de hacer, aunque a veces era un poco terremoto». Destacó el talante «discreto y sincero del obispo».
También, entre los aspectos destacó, sobre todo, cómo el obispo Carrera; en aquellos momentos sacerdote, dedicaba su tiempo sin escatimar ni un minuto a los feligreses que lo necesitaban. «Acogía, creía en la gente, la escuchaba, la ayudaba … siempre con sincera amabilidad». También, como todo y el trato afable sabía convencer «no imponiendo, sino proponiendo».
El director de Asuntos Religiosos de la Generalitat de Cataluña, Marcel·lí Joan; también hizo algunas pinceladas de su trato con el obispo Carrera; al que conoció gracias a su implicación con Cataluña. «Era un catalán sin pelos en la lengua y con una finura única». Así lo recordaba, y describía el obispo como un hombre de prestigio transversal eclesiástico, espiritual social y político». Leyó alguno de los informes que la Guardia Civil había redactado sobre el obispo cuando éste defendía los trabajadores obreros. En los informes donde se plasmaba que el obispo nunca dudó en defender la Iglesia catalana.
El editor de los libros del obispo Carrera Eduard Fornés, también destacó esta vertiente tan arraigada en la Tierra Catalana». Forn conoció al obispo a la Editorial Nova Terra. Tal como recordó una publicación de acción católica que desprendía artículos con «sentido misionero»; que fue una gran aportación a Cataluña.
Marcel·lí Joan destacó la estima del obispo para la Iglesia. «Un obispo atípico, que no cambió de planteamiento, y que cuando hacía falta se olvidaba de la mitra». «Un obispo que ha suscitado estimación allí donde ha ido y sólo tenía enemigos en el campo del integrismo», añadió.
El Arzobispo de Urgell, Mons. Joan-Enric Vives; que sucedió al obispo Carrera como consiliario de Justicia y Paz, recordó los años que lo conoció durante su juventud y destacó el obispo Carrera como; «Un buen pastor y un pastor bueno». Como dijo Vives, Carrera fue un obispo que supo ejercer su ministerio, citando las palabras del difunto «construyendo en un barrio donde los demás también construyen y también intentan deconstruir». También destacó su maestría, ya que a través de él «aprenderieron a hacer una nueva presencia misionera» .El obispo de Urgell, destacó como todo aprendió mucho «parlamentarismo» porque era «culto y muy agudo» . «Siempre le gustaba hacer un contrapunto y dar argumentos que nos hicieran pensar», explicaba el obispo. «Él fue una figura resplandeciente, que creyó siempre en los jóvenes».
El cardenal y arzobispo emérito de Barcelona, Lluís Martínez Sistach presidió el acto y cerró las intervenciones. «Han pasado 10 años desde que se fue y aún lo recuerdo muchas y muchas veces». Agradeció este memorial que pone sobre la mesa un testimonio que supo vivir con alegría el Evangelio; que siguió plenamente el programa del Papa Francisco. «Se avanzó en la encíclica del Papa Evangelii Gaudium, con su actitud de Iglesia en salida hacia aquellos que no son cerca». Martínez Sistach recordaba como con el obispo Carrera, cuando era su auxiliar; se preocupaban de salir a buscar aquellos que «no acudían a la campana». «Tenía este interés por salir a las periferias» y «una actitud preferencial por los pobres».
Terminó dando las gracias «por el buen pastor que fue y por el testimonio que nos ha dejado».
