Años episcopado: 1269-1293
Hijo del noble Galcerán de Urtx y de Blanca, señora de Mataplana, era arcediano de Prats cuando se produjo la vacante de la sede episcopal. El capítulo lo eligió obispo de Urgell el 3 de noviembre de 1269, fiesta de San Ermengol. Asistió a los concilios provinciales de los años 1274, 1279 y 1292. Celebró sínodos en 1276 y en 1286. Dispuesto desde el comienzo a emprender la reforma espiritual de la iglesia, empleó, como medio ordinario, la visita o corrección que mandó hacer en la diócesis y que confió a los dominicos. Es precisamente durante su pontificado, a partir de 1274, que los dominicos construyeron un convento en las afueras del recinto amurallado de la Seu d’Urgell.
Se preocupó por la vida y las actividades de los canónigos de las diversas canónicas del obispado, y definió las rentas de la de Guissona. También se mostró generoso con el capítulo de la Seu d’Urgell y ordenó sus actividades con unas constituciones promulgadas en 1287, 1288 y 1291, dando facilidades a sus miembros para ir a cursar estudios universitarios. Se interesó por algunas obras de restauración de la catedral, el claustro y otros edificios del entorno, así como por la conservación y reforma de sus ornamentos. Fundó dos beneficios en la catedral. Consiguió también mejorar el patrimonio de la Iglesia con diversas compras y ventas, y con las donaciones que recibió.
Obtuvo el favor y el reconocimiento del rey y del conde de Urgell, quienes le otorgaron algunos privilegios. Pero lo que se refiere a sus relaciones con el conde de Foix, Roger Bernat III, tuvo que vivir momentos bastante difíciles de tensión e incluso de guerra. Así en 1277 Roger Bernat, con un ejército de mil caballeros y diez mil soldados, se apoderó del castillo del Pla de Sant Tirs y planeaba invadir próximamente la Seu d’Urgell; el obispo se vio obligado a pactar una paz en términos onerosos para la Iglesia. Tenemos también noticias de otras violencias perpetradas por el mismo conde. El papa Nicolás III en 1278 se dirige al arzobispo de Tarragona, para que se informara de las destrucciones y profanaciones sacrílegas que el conde de Foix había hecho en las iglesias de Alàs, Ortedó, el Ges y Vilva.
Fue en este contexto de violencia que finalmente ambas partes litigantes concordaron la paz y firmaron en Lleida el 8 de septiembre de 1278 el célebre pareatge. Un segundo pareaje, para clarificar algunos puntos del primero y para resolver nuevas cuestiones surgidas, fue firmado el 6 de diciembre de 1288. Con ello se cerraron las hostilidades que se arrastraban a lo largo de un siglo entre los vizcondes de Castellbò y el conde de Foix, por una parte, y el obispo y su capítulo, por otra. Estos pareajes son también los que configuraron la coseñoría del obispo de Urgell y el conde de Foix sobre Andorra y los que le han dado a este principado una estabilidad y un régimen político que ha perdurado hasta nuestros días.
En 1280 concedió un privilegio a los hombres de los Valles de Andorra para poder emprivar en Vallcivera.
El obispo Pere d’Urtx hizo testamento el 12 de enero de 1293, encontrándose ya enfermo. Debió de morir poco tiempo después. Fue enterrado en la catedral, donde se conservó mucho tiempo su sarcófaco, con unas pinturas atribuidas a Arnau Pintor.