«Germanor»: una espiritualidad de la puerta abierta

Más de 22.000 parroquias al servicio de toda la sociedad, más de 4 millones de personas atendidas en centros asistenciales, más de 40 millones de horas dedicadas por sacerdotes, voluntarios y laicos, más de 10.000 misioneros en los cinco continentes. Hoy celebramos el día de la Iglesia diocesana, «Germanor». Comunidades, grupos de jóvenes, de adultos, de niños, los ancianos, familias y los más vulnerables buscan en la Iglesia consuelo, paz, comprensión, estima y así crece la acogida en nuestras Iglesias diocesanas y encuentran un Dios que se hace cercano.

La fe que busca comprender es la fe que se deja interrogar y así se convierte en acción, y encuentra su razón de ser en una comunidad diocesana, donde todos somos necesarios. Como cristianos aportamos a nuestras comunidades y a nuestra sociedad, y nos sentimos satisfechos de la fe que tenemos. Tener fe es un don que recibimos para crecer y para ponerlo a disposición de quien tenemos a nuestro lado. Dialogamos con nuestros hermanos ya tengan fe o estén en ausencia de fe.

¿Cómo podemos encontrar o vivir la fe? En silencio, escuchando, compartiendo y sobre todo acogiendo. Vivir la hospitalidad no es una tarea fácil. Supone desinstalarse, renunciar al control, aceptar la vulnerabilidad de aquel que se expone a ser tocado por la vida del otro. Pero es precisamente aquí donde se hace visible el rostro del Evangelio. La acogida cristiana no nace del cálculo, sino de la fe en un Dios que se hizo huésped.

Jesús mismo nació en un establo porque María y José no encontraron otro lugar (Lc 2,7) y, en lo que respecta a su ministerio, dirá que no tenía donde reclinar la cabeza (Lc 9,58); fue acogido por unos y rechazado por otros. Sin embargo, cada encuentro suyo —con Zaqueo, con Marta y María, con el centurión o con la samaritana— se convirtió en una casa abierta donde la salvación entraba a hacer morada.

Por eso, la hospitalidad no es un acto puntual, sino una manera de ser. Es la liturgia de lo cotidiano, oración encarnada en la escucha, mesa que prolonga la Eucaristía en la vida. La hospitalidad nos lleva a la santidad de vida, a la ejemplaridad en los pensamientos y en las acciones.

En esta jornada donde la Iglesia nos ofrece celebrar nuestra identidad cristiana, abierta a los hermanos; nos invita a la santidad de vida, a ser amigos fuertes de Dios como diría la andariega castellana, santa Teresa de Jesús. Así mismo, para llegar a ser amigos fuertes y comprometidos con la humanidad, como lo fueron el venerable Antoni Gaudí, san Carlo Acutis, recientemente canonizado o el mismo san Ignacio de Loyola, podríamos citar al papa León XIV en la homilía Pro Ecclesia celebrada con los cardenales el pasado 9 de mayo, donde nos decía que la privación del contacto con el prójimo no es posible. En cualquier lugar, en cualquier época, la distancia es siempre un obstáculo para el amor. ¿Por qué nuestra época ha de ser diferente? ¿Se puede, verdaderamente, amar o solamente conocer, a quien está lejos?

Con el deseo de que esta jornada de «Germanor» nos haga amar y honrar, de Vuestro servidor,

✠ Josep-Lluís Serrano
Obispo de Urgell

Compartir
«Germanor»: una espiritualidad de la puerta abierta
d’Amic i Amat
«Germanor»: una espiritualidad de la puerta abierta
Más de 22.000 parroquias al servicio de toda la sociedad, más de 4 millones de personas atendidas en centros asistenciales, más de 40 millones de horas dedicadas por sacerdotes, voluntarios y laicos, más de 10.000 misioneros en los cinco continentes. Hoy celebramos
next arrow
previous arrow

Últimas Noticias

Agenda