Al coincidir en domingo, toda la Diócesis ha celebrado este año la Fiesta de la Presentación de Jesús en el Templo, que es conocida popularmente como la Fiesta de la Candelaria, con la tradicional bendición y procesión con las candelas, el domingo 2 de febrero.
En la Catedral de Santa María de La Seu d’Urgell el Arzobispo de Urgell, Mons. Joan-Enric Vives, presidió la celebración eucarística con la presencia de trabajadores de la electricidad y de PEUSA, lampistas, así como consagrados y personas del movimiento apostólico de gente mayor, Vida Ascendente. Concelebraron con el Arzobispo Mn. Ignasi Navarri, Vicario General y Rector de la Parroquia, y Mn. David Codina.
En su homilía el Arzobispo Vives recordó cómo al ser bautizados el presbítero o diácono pronunció a cada uno de los creyentes: “recibe la luz de Cristo”, y dirigiéndose a los padres y padrinos les dijo “a vosotros, padres y padrinos, la Iglesia os confía esa luz. Mantenedla siempre encendida a fin de que este hijo/a vuestro camine siempre como hijo de la luz”. Necesitamos recordar este nacimiento en la vida cristiana por el bautismo y convertirse en luz para nuestros hermanos, poniendo luz allí donde hay oscuridad y en todos los ambientes: en la familia, en el trabajo, en la sociedad, en la política, en el deporte y la diversión… hablando de la auténtica Luz que es Jesucristo. Mons. Vives recordó cómo ese día, procede también la celebración de la Jornada Mundial de la Vida Consagrada, tal y como lo estableció el Papa San Juan Pablo II. Asimismo animó a rezar especialmente por todos los consagrados y consagradas, los institutos religiosos, las sociedades de vida apostólica, los eremitas y las vírgenes consagradas y también los laicos que viven su consagración en medio del mundo… Los religiosos, por la profesión de los votos evangélicos, son profecía del Reino ya consumado, y con las antorchas encendidas en su corazón caminan al encuentro de su Señor y Esposo.
Finalmente también subrayó cómo la fiesta de la Presentación del Señor, también es un día muy significativo para el movimiento apostólico de personas mayores, Vida Ascendente, que tienen a los ancianos San Simeón y Santa Ana como referentes. Éste es un día de fiesta y de oración, en el que los grupos de Vida Ascendente de cada parroquia participan activamente en las celebraciones. Mons. Vives exhortó a los mayores y ancianos a ser activos, a no quedarse encerrados en casa o en sus cosas, y a saber dar testimonio de Jesús como lo hacían “Simeón y Ana”, estando presentes en la calle y en el templo, y hablando del Señor.