El día 6 de agosto, en el Espai Columba de Andorra la Vella, tuvo lugar el acto de inauguración del regreso de las pinturas murales de la iglesia de Sant Esteve de Andorra la Vella. Al acto asistieron el Vicario General de Urgell, Mons. Josep M. Mauri y la Secretaria general de los Servicios del Copríncipe episcopal, Concepció Garcia, y fue presidido por el Jefe de Gobierno, M.I. Sr. Xavier Espot y la Ministra de Cultura del Gobierno de Andorra, M.I. Sra. Mònica Bonell.
Las pinturas murales de la iglesia de Sant Esteve podrán visitarse gratuitamente hasta el 30 de septiembre. Culmina así el proceso de recuperación de una parte del patrimonio cultural andorrano en el exterior, con la exposición de las pinturas murales de la iglesia de Sant Esteve de Andorra la Vella en el Espai Columba, después de su llegada viernes día 2 de agosto. Son dos murales románicos: El beso de Judas y La flagelación de Jesús.
Para acoger las dos escenas, se ha adecuado el Espai Columba, durante los últimos días, con el objetivo de garantizar las mejores condiciones tanto para ser contempladas como para su conservación, al tiempo que se ha diseñado un conjunto de actividades para explicar al público que las visite su valor.
Las pinturas de Sant Esteve de Andorra la Vella del s. XII-XIII son un ejemplo único en el Principado, por la temática que representan y el estilo empleado. Éste se conoce como estilo 1200 y se caracteriza por un tratamiento de las formas más humanizado, expresivo y cargado de movimiento, que representa una transición entre el románico y el gótico. Además, la riqueza de las representaciones se ve acentuada por un intento de crear profundidad y perspectiva para dar mayor solemnidad al conjunto.
Por las cualidades artísticas y estilísticas del conjunto, la recuperación de estos dos fragmentos, que se han adquirido por un valor de 2,75 millones de euros, representa un hito importante para el país, ya que permite situar a Andorra en medio del contexto artístico medieval europeo. La llegada al Principado de las pinturas de Sant Esteve se ha realizado casi diecisiete años después de la llegada de los frescos de Santa Coloma al país.