Bendición e inauguración de las obras de acondicionamiento de la Casa del Obispado

En un acto sencillo pero en el que estuvo representado «todo el Obispado», desde el presbiterio diocesano hasta los trabajadores de la Curia, el Arzobispo Joan-Enric bendijo e inauguró el domingo 17 de octubre a las cuatro y media de la tarde la bella restauración que se ha llevado a cabo en los últimos meses en el edificio de la Casa del Obispado, cincuenta años después de la remodelación impulsada por Mons. Joan Martí Alanis al poco tiempo de comenzar su ministerio episcopal en Urgell.

Como en todas las obras de cierta envergadura, también en este caso «han ido saliendo cositas», dijo el arquitecto Àngel Tuset, en parte por haber tenido que sortear los inconvenientes añadidos a causa de la pandemia, así como por la premisa de partida, que las obras se hicieran sin que fuera necesario suspender la actividad en las oficinas del Obispado. Finalmente, los trabajos de acondicionamiento, principalmente del tejado y de las fachadas, y la entrada, ha sido exitoso y ha alcanzado los propósitos del proyecto que han dirigido los arquitectos Àngel Tuset y Lourdes Espar: un aspecto exterior en armonía con el entorno donde está situado el edificio, y una mejora sustancial de la eficiencia energética.

Con respecto precisamente a este último aspecto, los arquitectos han destacado el sistema de láminas incorporado a las muchas ventanas del edificio, que permite regular la luz y el calor del sol en función de las horas del día y de la estación del año. Tuset añadía que el sistema de domótica que se ha instalado para regular estas funciones es el único que hay hasta ahora en La Seu, y posiblemente en toda la comarca, al menos en un edificio de estas características y dimensiones.

También intervino el Vicario general, Mn. Josep Maria Mauri, que puso en valor los trabajos realizados como un ejemplo más de la voluntad de conservar el patrimonio diocesano, que se fundamenta en el hecho de que «creemos en el futuro»; e hizo un breve repaso de las muchas obras de conservación que se han llevado a cabo los últimos años, con más de 300 iglesias y 50 rectorías restauradas, así como las obras realizadas en el Seminario, en el Archivo diocesano, la Catedral o en el Museo Diocesano de Urgell. Todos y cada uno de estos trabajos, añadió Mn. Mauri, son a la vez un signo ante la sociedad que ayuda a quien los contempla, independientemente de sus creencias, a elevarse hacia el Señor, para que contemplar la belleza terrenal es siempre un ejercicio que nos acerca a la belleza de Dios.

Finalmente, Mons. Vives quiso destacar la importancia del trabajo que se hace dentro de las oficinas del Obispado, tanto la que tiene que ver con la administración diocesana como la relacionada con la vertiente institucional del Obispo de Urgell como Copríncipe de Andorra. Un trabajo, en ambos casos, que a menudo conecta directamente la realidad diocesana con lo que sucede en todo el mundo.

Y cerró el acto con la oración de bendición de la nueva fachada de la Casa del Obispado.

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