Fiesta en el Carmelo de Vilafranca del Penedès

La solemnidad de la Virgen del Carmen fue especialmente celebrada en el Monasterio del Carmelo de Vilafranca del Penedès, el día 16 de julio, y fue presidida este año por el arzobispo de Urgell Joan-Enric Vives.

Las monjas carmelitas con las que el arzobispo Vives tiene una relación familiar y espiritual desde los tiempos de seminarista, mantienen una gran estima y proyección en todo el Penedès y especialmente en la ciudad de Vilafranca. Concelebraron Vísperas y Misa bastantes sacerdotes con el Arcipreste Mn. Josep Puig y los Padres de la Sagrada Familia, así como el cura del monasterio Mn. Valentí Alonso. La Misa, debido al Covid-19, fue celebrada en el patio del monasterio.

El arzobispo resaltó la ayuda de la Virgen -que no deja nunca a sus hijos cuando la invocan-, que tenemos que recurrir a ella, especialmente en tiempos de pandemia, y llevarle todas nuestras necesidades. El Carmelo es el lugar de Elías donde oraba y alababa a Dios intercediendo por su pueblo. Por eso los cristianos que fueron a Tierra Santa siempre mostraron una gran devoción a la montaña del Carmelo. El orden del Carmen, que quiere vivir todo en obsequio de Jesucristo, al volver a Europa llevó el amor a María, la contemplación de la palabra de Dios, la vida eremítica a pesar de hacer comunidad, y la ayuda a pobres. De aquí que en Vilafranca siempre haya sido muy querido el monasterio de la Virgen del Carmen.

Comentando la palabra de Dios, el arzobispo remarcó que María está prefigurada en la nubecilla que ve el criado de Elías que sube del mar y lleva fecundidad. Ella nos da a su Hijo y los tesoros de la gracia divina. Pidió acoger a María como hijos suyos, dados en la cruz por el mismo Jesús: aquí tienes a tu madre. Y dar frutos de amor y de servicio.

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