Confirmaciones en la Parroquia de la Virgen Asunta de Agramunt

El domingo 30 de mayo, Solemnidad de la Santísima Trinidad, el Arzobispo Joan-Enric administró el sacramento de la Confirmación a 17 jóvenes de la Parroquia de la Virgen Asunta de Agramunt y de los pueblos de Ribera de Sió. A su llegada a Agramunt el Sr. Arzobispo fue recibido por la Alcaldesa de Agramunt, Ilma. Sra. Silvia Fernández Tarragona y por el Rector de la Parroquia, Mn. Jaume Mayoral. La Eucaristía fue solemnizada por la Coral parroquial y participaron también Mn. David Codina y el Hno. franciscano de Cruz Blanca Joaquín Cifuentes.

En su homilía el Arzobispo subrayó que así como el gran misterio que esconde el nacimiento de un niño en una familia se hace difícil de captar plenamente en el primer momento y que se va desvelando poco a poco para los padres con el paso del tiempo y de la profundización en la donación hacia el hijos y en el amor, de la misma manera, el misterio de Dios, que es Trinidad, que en aquel domingo la Iglesia celebraba, se va captando y profundizando paulatinamente por parte de todo creyente. La persona humana es capaz de Dios y de penetrar en su Misterio gracias al intelecto, la memoria y la voluntad y, sobre todo, a través del camino más cierto que nos lleva hacia el conocimiento de Dios que nos la ha revelado su Hijo único Jesucristo: el amor. Quien ama conoce a Dios, porque Dios es Amor. Cuando amamos de verdad, dándonos, regalándonos, perdonándonos por amor, profundizamos y entramos en el misterio de Dios que es Uno y al mismo tiempo tres personas porque ha querido ser dinamismo de amor. Por eso nuestro Dios es muy cercano a nosotros, tal como lo indicaba la lectura primera del libro del Deuteronomio (Dt 4, 32-34) y le podemos decir «Abbá, Padre» (Rm 8, 14-17) como decía la segunda lectura, gracias a la fuerza del Espíritu Santo que habita en todo cristiano por el bautismo y que los jóvenes confirmandos recibían ese día con plenitud en su confirmación. Por eso Jesús, «cada día está con nosotros hasta el fin del mundo» (Mt 28,16-20) porque nos ha dejado su Santo Espíritu que nos acompaña y nos permite, conocerlo y amarlo, alabarlo, glorificarlo y darle gracias. Debemos ser sus testimonios.

Al finalizar la Eucaristía, el Arzobispo regaló a los jóvenes confirmados el Nuevo Testamento animándoles a que la Palabra de Dios arraigue en su vida, y felicitó a los catequistas de la parroquia que les habían acompañado en su proceso catequético. La Eucaristía fue solemnizada por la Coral parroquial de Agramunt.

Al finalizar, el Arzobispo saludó a la comunidad religiosa de las Hijas de Cristo Rey, fundadas por la agramuntino Mn. Josep Gras Granollers, y compartió una comida con ellas.

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