En muchos municipios de la diócesis de Urgell se celebró la festividad de San Cristóbal, con la tradicional bendición de vehículos y de conductores, coincidiendo con la celebración de la Jornada por la Responsabilidad en el Tráfico, convocada por la Pastoral en Carretera de la Conferencia Episcopal Española. Los conductores y la organización de la bendición procuraron para que se pudiera realizar siguiendo las medidas de protección recomendadas por las autoridades con motivo del Covid-19, y se acabaron bendiciendo vehículos de todo tipo: desde bicicletas, camiones, pasando por tractores y vehículos privados.
Al sur del Obispado, la Parroquia de Agramunt celebró la Fiesta de San Cristóbal, como es costumbre de hace muchos años, el sábado 11 de julio. En la Capilla de la Virgen de los Socós, junto al río Sió, tuvo lugar al mediodía la celebración de la Misa en Honor del santo protector de los conductores y de los peatones, una celebración que se hizo siguiendo los protocolos sanitarios que hay con motivo del Covid-19. Durante la celebración el Rector recordó la necesidad de seguir las directrices no sólo sanitarios de la pandemia, sino también de seguridad y buena conducción, recordó que la bendición que se haría a continuación era no sólo para los vehículos sino para sus conductores y las personas que los utilizan. Se rezó por las 48 víctimas mortales que ha habido en Cataluña hasta finales de junio, y también se tuvo un recuerdo por los accidentados, a veces gente muy joven, que han quedado con dificultades de movilidad y de salud.
Al finalizar la Misa se bendijeron los puntos de libros que se ofreció a los conductores, un punto de libro que llevaba una oración para rezar a San Cristóbal; a continuación y en el exterior de la calle se hizo la bendición de los vehículos, y casi un centenar de coches, camiones, y bicicletas se acercaron para poder recibir la bendición como marca la tradición que aún pervive en Agramunt y muchos otros pueblos del Obispado. Las limosnas que ofrecieron los conductores y acompañantes irán destinadas a los arreglos de mantenimiento de las campanas de la iglesia parroquial.
En Andorra, los sacerdotes bendijeron los vehículos y regalaron a los conductores una medalla, un llavero o una estampa. Como ya es habitual los principales protagonistas fueron los conductores profesionales, los vehículos de los diversos servicios públicos y las autoescuelas. Hay hubo mucha afluencia, especialmente en Sant Julià de Lòria. Aquí, el Rector Mn. Josep Chisvert, hizo la bendición el viernes 10 de julio, en la puerta de la iglesia parroquial, por donde iban pasando los vehículos. En el pueblo de Anyós, la celebración coincidió también con la celebración de la Fiesta Mayor del pueblo, donde está edificada una iglesia románica del siglo XII consagrada a San Cristóbal que acoge una pintura mural fechada del siglo XVI dedicada al santo. En Canillo, la cita fue en la plaza Carlemany de la población, donde Mn. Ramon Rosell fue el encargado de la bendición.
En La Seu d’Urgell este año se anularon los tradicionales actos festivos previstos y sólo tuvo lugar la Eucaristía en loor de San Cristóbal donde participaron los conductores y miembros de la asociación de San Cristóbal que fue presidida por el Vicario General y Rector, Mn. Ignasi Navarri.