Mensaje de Arzobispo y Copríncipe Mons. Joan-Enric Vives al pueblo de Andorra

Queridos Andorranos y Andorranas,

Estamos viviendo unas circunstancias muy excepcionales y dolorosas debido a la pandemia del coronavirus COVID-19 que también ha afectado a nuestro Principado de Andorra. Gracias a las Autoridades y los responsables de la sanidad vamos conociendo los síntomas de la enfermedad y la prevención y defensa ante esta epidemia, y por eso sus consejos y recomendaciones nos son muy necesarios y de obligado cumplimiento. Es normal que todos estemos preocupados y que deseamos que pasen pronto estos males.

Os animo a mantener la calma y la serenidad, a vivir este periodo de confinamiento con espíritu de cooperación y al mismo tiempo con creatividad personal y familiar, ofreciendo solidaridad y ayuda a los que nos necesiten. Entre todos venceremos el miedo y la pandemia. No nos dejemos paralizar ni angustiar por lo que tiene de inesperado y desconocido la infección de este virus. Hagamos caso de las recomendaciones que con prudencia se nos van dando.

No es sólo la preocupación por las consecuencias sanitarias de esta epidemia y la necesidad que tenemos de reducir sus efectos, sino que es normal que también nos interese mucho el futuro de nuestro País, especialmente en cuanto a su economía y por las repercusiones que todo pueda acabar teniendo en las personas y las familias más vulnerables. La dedicación y determinación que nuestras Autoridades están llevando a cabo, buscando soluciones por el bien de Andorra, y sobre todo la generosa entrega de médicos, enfermeras y personal sanitario, de educadores y cuidadores, así como de quienes mantienen activos los servicios básicos y los demás servidores públicos, que todos agradecemos tanto, nos aportan seguridad y confianza. Tenemos que unirnos como País, en torno a aquellos que lideran la respuesta a esta crisis inesperada de dimensión global. Hagamos piña y ganaremos esta batalla contra el coronavirus y sus consecuencias: «Virtus, Unita, Fortior«.

Desde mi capilla, os tengo muy presentes, y cada día rezo por todo el Principado de Andorra y por toda la Diócesis de Urgell, así como para todos los afectados y enfermos del mundo, y doy gracias por tantas acciones pequeñas o grandes de servicio, de interés por los demás y de solidaridad. Estoy convencido de que de las crisis y del sufrimiento, podemos resurgir más fuertes, más solidarios y más libres. Ruego a la Virgen de Meritxell que nos proteja como siempre ha hecho a lo largo de los siglos, que nos libere de toda perturbación y nos hermane en la fraternidad de un solo Pueblo, lleno de esperanza.

+ Joan-Enric Vives

Arzobispo de Urgell y Copríncipe de Andorra

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