El día 14 de julio, coincidiendo con la clausura de la primera tanda de Ejercicios espirituales de las Hermanas Carmelitas de San José en la Casa de la Inmaculada de Tartera (Prats y Sansor- Cerdanya), el Arzobispo de Urgell las visitó y saludó a la M. Ascensión Ortega, Superiora general de las Carmelitas de San José, que también había participado. Celebró la Eucaristía y tuvo un almuerzo con toda la Comunidad.
Celebró la Eucaristía en la que concelebró el Cura de la Residencia de la Inmaculada Mn. Enric Bonet, las Religiosas y algunos laicos, y les hizo notar en la homilía el valor de la vocación del profeta Isaías, que se ofrece por completo a Dios después de una visión en el Templo, maravillado de la santidad de Dios. Y también destacó cómo el Evangelio reclama que reconozcamos a Jesús Cristo delante de los hombres, y así Él nos reconocerá ante el Padre del cielo. Ser discípulo es seguir a Cristo aprendiendo cada día a dar todo y a darse del todo, estando disponible para todo. Este debe ser el fruto que nos llevamos los Ejercicios espirituales, cuando nos abandonamos a la misericordia de Dios, sin reservarnos nada.