Jornada diocesana Pro Orantibus al Santuario del Santo Cristo de Balaguer

El domingo 27 de mayo tuvo lugar la celebración de la Jornada Pro Orantibus (= por quienes rezan), coincidiendo con la solemnidad de la Santísima Trinidad, con la Comunidad de monjas contemplativas Clarisas del Santo Cristo de Balaguer. El Arzobispo Joan-Enric presidió la Eucaristía dominical en el Santuario-Basílica y concelebraron con él Mn. Pau Vidal, Cura Custodio del Santuario, y el diácono permanente Mn. Antoni Baldomà, así como el Secretario general Mn. David Codina. Estuvieron presentes las Hermanas Clarisas del Monasterio del Santo Cristo de Balaguer así como numerosas representantes de las diferentes comunidades de vida religiosa y consagrada de la Diócesis y una gran cantidad de fieles.

En su homilía Mons. Vives destacó la Jornada Pro Orantibus, o Jornada por quienes rezan de manera exclusiva y totalizando, es decir los monjes y monjas contemplativos, ermitaños, quienes de formas diversas se consagran a adorar y a orar a Dios en nombre de todos, y para de ayudarnos a todos. Subrayó cómo en la Diócesis de Urgell está la presencia de contemplativas en el Santuario del St. Cristo de Balaguer y el Santuario de Sta. María de Refet, y cómo hay que valorar y estimar su vida que se basa en la oración totalizando para todas las necesidades de la Diócesis. Este año al celebrarse un Año Jubilar Teresiano, se nos propone como lema de la Jornada Pro Orantibus la invitación de Sta. Teresa de Jesús, «Solo quiero que le miréis a Él«. Se inspira en su poema: «Alma, buscarte has en Mí, y a Mí buscarme has en ti», que el Arzobispo leyó en actitud de oración al final de la homilía. Este poema oración mística concluye de parte de Dios: «Fuera de ti no hay buscarme, porque para hallarme a Mí, bastará sólo llamarme, que a ti iré sin tardarme, y a Mí buscarme has en ti«. Bellísimos y profundos versos que nos ayudan a entender que para buscar el Señor, no es necesario correr afuera, sino que Él ya habita dentro nuestro mismo.

Mons. Vives animó a todo el pueblo de Dios a vivir la alegría y la alegría de adorar a Dios en la fiesta de la Santísima Trinidad y siempre, ya que es una dimensión fundamental (principio y fundamento, según San Ignacio de Loyola) de la vida cristiana, que tenemos que desarrollar todos los bautizados, no sólo los consagrados, y que sólo Dios puede llenar de sentido y felicidad el corazón de la persona humana. Por ello el Arzobispo animó a vivir con intensidad el don de la vida y a rehuir toda actitud que vaya en contra del don que Dios nos ha dado en nuestro nacimiento, toda actitud que se oponga a este gran regalo que es la vida humana y que hoy en día para muchos es menospreciada.

Después de la homilía las Hermanas Clarisas del Monasterio del Santo Cristo de Balaguer, según antigua tradición suya, renovaron su profesión religiosa con sus votos de pobreza, obediencia y castidad ante el Arzobispo, que bendijo nuevamente su consagración.

Terminada la Eucaristía, en el Monasterio, las Hermanas quisieron ofrendar un pequeño refrigerio a las otras consagradas de la Diócesis que se habían querido unirse a la celebración de la Jornada Pro Orantibus.

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