El Arzobispo al inicio unió a todos los motivos de acción de gracias de la Pascua, 3 motivos más: la Pascua del enfermo, el día de la madre y el final del terrorismo de ETA que remarcó como un desafío para el futuro en la reconciliación y la paz. En la homilía destacó que el anhelo profundo de la persona humana de ser amado y amar, nos ayuda a captar el núcleo central de la revelación de Jesús: que Dios es Amor y que somos hijos amados de Dios Padre y amigos para siempre de Jesús.
Hablando a los más jóvenes, los hizo descubrir que ser amigos de Jesús es ser agregados irrevocablemente a su amistad. Él nos agrega a sí mismo como unos miembros de un grupo de whatsapp, y nunca nos sacará. Vale la pena amar a todos como El, y dar la vida por los que amamos. Finalmente les pidió que rezaran cada día, que participaran en la Eucaristía dominical y que se mantuvieran en el servicio y el amor.
Al final todos los confirmados recibieron un recordatorio de la Parroquia y un Nuevo Testamento del Arzobispo, que les animó a leerlo y ponerlo en práctica, a pesar de que sea «peligroso» para la gente instalada o egoísta.