Confirmaciones de adultos en Andorra la Vella

El viernes día 27 de abril, fiesta litúrgica de la Virgen de Montserrat, el Arzobispo de Urgell y Copríncipe de Andorra, Mons. Joan-Enric Vives, administró el sacramento de la Confirmación a 20 adultos del Principado de Andorra, procedentes de las Parroquias de Andorra la Vella, Sant Julià de Lòria y Encamp; muchos de ellos a las puertas de celebrar su matrimonio canónico. Concelebraron con el Arzobispo: el Rector y Arcipreste de los Valles de Andorra, Mn. Ramon Sàrries; Mn. Antoni Elvira, Vicario episcopal y Rector de Encamp y Mn. Pepe Chisvert, Rector de Sant Julià de Lòria, con el Secretario General Mn. David Codina.

En su homilía Mons. Vives alentó a los adultos jóvenes a perseverar en la fe en Jesús y en el don del Espíritu Santo que recibían ese día en plenitud y que los tenía que fortalecer a lo largo de su vida como cristianos, especialmente a los que se preparaban para recibir pronto el sacramento del matrimonio. En la fiesta litúrgica de la Virgen de Montserrat exhortó a los fieles a encomendarse siempre a María, la Virgen, y los glosó el gran himno mariano «Sub tuum praesidium«, «Bajo tu protección» que canta bellamente María «Sota la vostra protecció ens refugiem, oh Santa Mare de Déu, no desoïu les nostres súpliques en les nostres necessitats, de tots els perills deslliureu-nos sempre, Verge i gloriosa i beneïda«.

Mons. Vives predicó la necesidad de valorar la fe cristiana aunque no esté de moda para muchos, o sea un tiempo «de eclipse de Dios», ya que encontrar a Jesús en la vida es la auténtica felicidad ya que «en Él vivimos, nos movemos y somos «. Exhortó a los jóvenes y adultos a abrirse al Espíritu Santo que en aquella jornada recibían en plenitud y a tener una actitud generosa en la vida que sea capaz de «no pasar cuentas» y glosando la lectura que muchos eligen en su boda, de la Primera Carta de San Pablo a los Cristianos de Corinto, capítulo 13, los animó a saber perdonar cada día y no llevar cuentas del mal ni del pecado sino a soportarlo todo y a «no perder nunca la confianza, la esperanza, la paciencia. Ya que el amor no pasa nunca». Y de una forma muy especial alentó a los prometidos a acoger con generosidad el don que significa el futuro esposo/esposa, superando un amor egoísta narcisista para saber ayudar al otro con un amor sacrificado que se da y que, un día, los llevará a acoger con generosidad los hijos que nacerán fruto de su amor y saberlos educar en la fe cristiana.

Al final de la Misa el Arzobispo entregó a los confirmados una Biblia que la Parroquia los regalaba, exhortándolos a leerla y a encontrar consuelo y fuerza en la Palabra de Dios, que transforma las vidas y que para muchos cristianos es peligrosa porque deben vivir en regímenes que no respetan la libertad religiosa.

Después de la Eucaristía tuvo lugar un pequeño refrigerio de hermandad en la Casa Rectoral que fue servido por alumnos de la Escuela Especializada Nuestra Señora de Meritxell.

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