Confirmaciones en Linyola

El sábado día 7 de abril, domingo segundo de Pascua o de la Divina Misericordia, el Arzobispo de Urgell administró el sacramento de la Confirmación a 10 jóvenes de la Parroquia de la Virgen Asunta de Linyola. Concelebraron con el Arzobispo el Rector Mn. Pere Canyada; Mn. Jaume Mayoral, hijo del pueblo y el diácono permanente Mn. Josep Caba, catequista colaborador en la preparación de los jóvenes confirmandos y que los presentó al Sr. Arzobispo.

En la homilía, el Arzobispo recordó como Jesús Resucitado exhortó a sus discípulos con el clamor «no tengan miedo», ya que el miedo es la antítesis de la fe. Mons. Vives animó a los fieles a luchar contra los miedos más profundos: el miedo y la desconfianza hacia nosotros mismos, hacia los demás y, sobre todo, a Dios. Animó a los jóvenes confirmandos que recibían ese día el Espíritu Santo a ser personas de fe y les recordó las palabras de Jesús Resucitado a Santo Tomás: «no seas tan incrédulo sino creyente!». Mons. Vives animó a los jóvenes confirmandos y a todos los fieles a ser «portadores de paz», una paz que va mucho más allá de la ausencia de guerra o conflicto, y que se traduce en poner gozo, confianza, fe y alegría en el mundo y sentirse profundamente amado por Dios rico en misericordia, que no se cansa nunca de perdonarnos nuestras faltas. Finalmente animó a los jóvenes que recibían el sacramento de la confirmación a ser jóvenes con personalidad propia que fueran capaces de no renunciar nunca a sus raíces cristianas y a vivir su fe con alegría durante toda la vida ya que Cristo Resucitado es la Luz que los iluminaria en medio de las «nieblas» de la vida donde es necesario seguir caminando a pesar de los miedos o desconfianzas convencidos de que el Dios de la Divina Misericordia siempre nos acompaña.

La Eucaristía fue solemnizada por el Coro parroquial de Linyola. Al final, los confirmados recibieron un Nuevo Testamento de manos del Sr. Arzobispo como recuerdo de su confirmación, y les pidió que leyeran cada día un breve fragmento, ya que los mantendría en la amistad del Señor y los jóvenes recitaron al Sr. Arzobispo y en la comunidad un pequeño poema de agradecimiento.

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