En la Catedral de Sta. Maria de La Seu d’Urgell la celebración de la Pasión del Señor fue presidida por el Arzobispo de Urgell, acompañado del Vicario General y Rector de la Parroquia, los Canónigos, y los sacerdotes de la ciudad, los seminaristas, y muchos fieles que llenaban la Catedral.
En su breve homilía, Mons. Vives exhortó a la contemplación y al agradecimiento ante la Cruz de Jesús. Animó a los fieles a vivir el sentido de la muerte del Señor, tal como Él la transformó, expresión de su amor total e incondicional, y su redención de la humanidad perdida en el pecado y la muerte. Pidió concretar el pecado que aplastó el Hijo de Dios como un cordero manso: la guerra, el maltrato de la mujer, la corrupción, el abuso de los niños… y animó a tener presente en la oración los que particularmente se unen a la Cruz del Señor: los enfermos, los presos, los marginados, los ancianos que viven en la soledad…
El texto de la Pasión según San Juan fue un momento particularmente importante y central de la celebración litúrgica en la Catedral, que el Arzobispo remarcó en su exhortación, recordando cómo era de impresionante esta lectura en la Iglesia Madre de Jerusalén. También se tuvo un recuerdo para los cristianos perseguidos, y por los Santos Lugares de Tierra Santa, por los que se hace la colecta en este día.
Después, al caer la tarde, Mons. Vives participó en la procesión por las calles de La Seu detrás el paso principal del Cristo de la Sangre.
La procesión de La Seu d’Urgell ha vivido este año una apertura mayor a los vecinos de la ciudad, y han participado más personas en los pasos y en la organización. 10 pasos conforman la procesión, que es una de las más antiguas y relevantes de Cataluña y la más importante del Pirineo. Tiene sus orígenes en el 1603 de donde es el paso principal del Cristo de la Sangre. De los 10 pasos, hay algunos de muy larga tradición y otros incorporados más recientemente, a finales del siglo XIX.
En otros lugares de la diócesis, como Bossost:
En Ponts:
