El Domingo de Ramos se ha celebrado en toda la diócesis de Urgell con la tradicional bendición de los ramos, las procesiones y la celebración eucarística de la Pasión del Señor.
Cientos de personas, familias enteras con niños y muchas acompañadas por los abuelos, se han acercado a las respectivas parroquias para bendecir sus palmas, palmones, y ramos de olivo y laurel, y aclamar a Jesús que entra en Jerusalén.
En la Catedral de Santa María, de La Seu d’Urgell, la celebración fue presidida por el Arzobispo de Urgell, Mons. Joan-Enric Vives y concelebraron el Rector de Sant Ot, Mn. Ignasi Navarri, Mn. Jordi Gasch y Mn. Josep M. Solé, acompañados de los seminaristas de la Diócesis. La celebración ha sido intensamente vivida por los niños que han participado activamente en la liturgia, cerca del altar en los momentos de alabanza y aclamación.
El Arzobispo Joan-Enric remarcó con brevedad tres elementos: amar, sufrir y testimoniar, mirando la Cruz del Señor. Tenemos que aprender la lección de su amor hasta el fondo, dando la propia vida por amor, así como aprender a sufrir como Él, en obediencia al Padre y por amor a la humanidad, y en Él nuestros sufrimientos encuentran sentido redentor y salvífico; y dar testimonio, pensando en los padres de los niños, para que se preocupen de su fe, del amor de la familia y de los valores que no pasarán nunca.
A otras parroquias, los respectivos rectores han presidido las misas y han hecho las bendiciones de Ramos, en conmemoración de la entrada de Jesucristo en Jerusalén, donde fue recibido con alegría, y con la gente alzando las palmas y ramas de olivo y laurel para recibirlo, aclamándole como Salvador.
Ha comenzado así la gran Semana de los cristianos.
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En Sant Julià de Lòria: