40ª peregrinación diocesana a Lourdes con la Hospitalidad

Los días 28, 29, 30 y 31 de mayo la Diócesis de Urgell peregrinó al Santuario de la Virgen de Lourdes (Francia) con la Hospitalidad diocesana en su 40ª peregrinación, que fue presidida por el Arzobispo Joan-Enric. Estuvieron presentes el presidente de la Hospitalidad Sr. Josep M. Marimon, Mn. Ignasi Navarri, Consiliario diocesano y Mn. Pere Morales viceconsiliario, con los miembros de la Junta y los responsables de las diversas secciones de la peregrinación. Participaron unos 90 enfermos y 400 peregrinos y voluntarios, de todas las comarcas del Obispado, con la particularidad de que dos de ellos recorrieron los 300 Kms. desde La Fuliola en bicicleta. Durante todos los días fueron acompañados por el nuevo Cura de lengua española y catalana, Mn. Lluís Ruiz sacerdote solsonés que desde hace un mes se ha incorporado al equipo de sacerdotes del Santuario que atienden las peregrinaciones de las diversas lenguas y naciones.

El inicio, el lunes 28, saliendo con los autocares desde las diversas parroquias del Obispado, yendo hacia Lourdes hacia la tarde y con el encuentro de inicio de la peregrinación a la iglesia de Sta. Bernadette, al atardecer, con un emotivo acto de bienvenida por parte del Presidente y el Consiliario, y con una celebración penitencial presidida por el Arzobispo que glosó la manera de vivir como peregrinos a Lourdes aquellos días, y no como turistas distraídos, describiendo las características de la peregrinación. También invitó a la conversión y a abrirse a la misericordia de Jesús, con una glosa de los textos de la última despedida de Jesús a los discípulos, según el evangelio de San Juan: el mandamiento del amor, y la alegría de los de Jesús que Él quiere que sea nuestra alegría. También remarcó el lema de este año de las peregrinaciones «Haced lo que Él os diga«, palabras de María a los servidores de Caná, para que se realizara el signo de la conversión del agua en vino, y todos sus hijos creyeran en las palabras de Jesús y las pusieran por obra.

El martes 29 acogió la llegada de los dos autocares de peregrinos del Valle de Aran, que se sumaron a todos los demás, y la misa llena de fervor en la Santa Gruta de Massabielle, con las ofrendas de todo el peregrinaje y la oración silenciosa ante la roca que María bendijo con su presencia. Se rezó por toda la Diócesis y especialmente por los enfermos y las intenciones de los peregrinos. Tuvo lugar la tradicional foto de grupo de la peregrinación, y por la tarde se rezó el Vía-crucis por la montaña, y participaron en la emotiva Procesión del Santísimo Sacramento, para finalizar la noche con el rezo del rosario con antorchas y la procesión internacional, recibiendo al final la bendición que dio el Arzobispo Joan-Enric que presidía.

El miércoles fue el día de la misa en la Basílica del Rosario, donde captamos que tenemos que ir a Jesús por María, y obtendremos misericordia, salud y paz. La homilía hizo resaltar el valor de hacer lo que María nos invita a hacer, obedeciendola siempre, trabajar por los enfermos, y ser activos en la concreción de una cultura de la vida en positivo, que dé esperanza al mundo. Se rezó por los enfermos y por todas las intenciones de los peregrinos, y al final de la misa se otorgaron las medallas que ratifican los 10 y los 25 años de servicio ininterrumpido a través de la participación activa y servicial en las peregrinaciones a Lourdes. El Arzobispo remarcó que son medallas no para el orgullo sino manifestadoras del valor que tiene servir para el cristiano y la comunidad. Por la tarde los enfermos y peregrinos que lo desearan pudieron bañarse en las piscinas en un clima de fe, y por la noche tuvo lugar la oración del Vía Crucis y la fiesta de familia de la peregrinación, en la que los enfermos y acompañantes voluntarios celebran con alegría el reencuentro de estos días, y expresan algunas de sus vivencias en un clima emotivo y alegre. Todos los enfermos recibieron un sencillo recuerdo de esta peregrinación. Cada uno se pudo expresar con sencillez y espíritu de familia, donde todo el mundo es bien recibido. Por la noche la procesión del Rosario tuvo lugar en la Basílica subterránea de St. Pío X, debido a la lluvia.

El jueves 31, fiesta gozosa de la Visitación de la Virgen María en Sta. Isabel, todo nuestro peregrinaje participó en la misa internacional en la Basílica subterránea, que fue presidida por el obispo de Tarbes y Lourdes Mons. Nicolas Brouwet que glosó el misterio gozoso de la Visitación y nos animó a ser «visitadores» de todos los que sufrían y necesitaban el testimonio de la caridad de María y nuestro. Terminada la misa, todos los peregrinos y enfermos se encaminaron de regreso hacia el Valle de Aran donde comieron y cada autocar tomó la ruta del retorno a sus Parroquias.

Una peregrinación que hizo vibrar la fe de los participantes, lleno de muchos momentos emotivos, donde se rezó por los enfermos, por las familias de todos, por las necesidades de toda la Iglesia y de la Diócesis de Urgell, y por la paz y la concordia. Regresaron con el firme propósito aprendido de nuevo en Lourdes, de hacer todo lo que Jesús nos diga, como nuestra Madre celestial la Virgen María nos indica que hagamos.

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