Contemporáneamente, la Iglesia urgellesa, regida durante más de dos siglos (914-1122) por miembros de las familias condales, entró de lleno en el juego del sistema feudal, que le permitió formarse un extenso patrimonio señorial, el cual, entre otras poblaciones y territorios, incluía la ciudad de Urgell, les Valls d'Andorra, la Vall de La Llosa, la Vall d'Arques y la Ribera Salada, las poblaciones de Sanaüja, Guissona y, desde 1257, la de Tremp . Esto, sin embargo, le obligó a una cierta dependencia del poder superior de los condes. Sin embargo, la reforma gregoriana, introducida en el condado de Urgell durante los últimos años del siglo XI, precedida del cambio de la liturgia visigótica por la romana, reducía aquellas intervenciones de los laicos en los asuntos eclesiásticos y lograba la plena libertad de la Iglesia en los dominios espiritual y temporal. Por otra parte, el mantenimiento de aquellas posesiones originó una tirantez constante y unas incesantes luchas, a lo largo de toda la Edad Media, con los vizcondes de Castellbó y sus herederos, los condes de Foix.
Síntesis histórica del Obispado de Urgell
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