Síntesis histórica del Obispado de Urgell

Edad antigua y media

El obispado, sin excluir la posibilidad de un origen más remoto, estaba ya constituido a principios del siglo VI. El primer obispo conocido, San Justo, figura entre los participantes en el concilio de Toledo (531) y los de Lleida y Valencia (546). Sus sucesores también tomaron parte regularmente en los concilios de Toledo celebrados a lo largo del siglo VII. La sucesión episcopal, a pesar de la incertidumbre de nombres y de cronología, no fue interrumpida, según parece, por la invasión sarracena del 714. No obstante, durante el pontificado del obispo Félix (781-799), acusado de adopcionismo por los teólogos carolingios y, por este motivo, depuesto y confinado en Lyon, la ciudad de Urgell y su iglesia fueron completamente destruidas por los árabes, alrededor del año 793. Con el establecimiento de la Marca Hispánica, el obispado, como los recientemente restaurados, formó parte de la provincia eclesiástica de Narbona hasta producirse el restablecimiento de la sede metropolitana de Tarragona (1091). Los reyes francos intervinieron eficazmente en la reconstitución del país, impulsando su reconquista y poniendo los cimientos de su gobierno. Y libre ya el territorio, en buena parte, del poder de la morisma, promovieron, bien asistidos por nuestros primeros condes, la obra de una nueva catedral, levantada en la segunda mitad del siglo IX, en la que se asignan 289 pueblos o lugares, todo el área noroccidental del Pirineo.