El día 29 de abril de 1980, en Barcelona, la rama masculina y la rama femenina de la vida religiosa, decidieron crear la URC como conferencia de superioras y superiores mayores en el ámbito de Catalunya. Las finalidades fundacionales fueron: "buscar el conocimiento y la colaboración entre los diversos Institutos y Congregaciones, promover actividades en bien de los religiosos y religiosas de Catalunya, programar y realizar reuniones periódicas de superiores y superioras mayores, fomentar el diálogo y la cooperación con las personas y los organismos de las diócesis, y mantener relaciones de colaboración con la Conferencia Española de Religiosos (CONFER)".
Como Benedicto XVI, en un discurso a los superiores generales, consideramos la vida consagrada, de la cual la vida religiosa forma parte, como un "don precioso para la Iglesia". Con el Papa, creemos que "la renovación profunda de la vida consagrada parte de la centralidad de la Palabra de Dios y más concretamente del Evangelio, regla suprema para todos los religiosos, como afirma el Concilio Vaticano II, en el Decreto Perfectae caritatis (cf. n. 2) y como muy bien comprendieron vuestros fundadores: la vida consagrada es una planta con muchas ramas que hunden sus raíces en el Evangelio" . En este mismo discurso, Benedicto XVI ha centrado su reflexión sobre la vida fraterna, como "elemento profético importante que ofrecen a una sociedad fuertemente individualista", sobre el discernimiento, porque la vida consagrada "corre el riesgo de acomodarse a los criterios de este mundo: el individualismo, el consumismo y el materialismo", sobre la misión que "les impulsa a llevar el Evangelio a todos, sin fronteras".
El lema de la celebración del aniversario es "URC: 30 años de comunión y diálogo" con Dios y con los hombres. Los diversos actos que marcan este aniversario han tenido momentos de oración, de encuentro, de reflexión y de compromiso social y eclesial, a los cuales nos adherimos con gozo.
Recordando nuestra carta pastoral Creer en el Evangelio y anunciarlo con nuevo ardor, invitamos nuevamente a la Unió de Religiosos de Catalunya y, con ella, a todos los religiosos y religiosas de nuestras Diócesis a responder en comunión eclesial y con espíritu de diálogo al reto de la nueva evangelización en el contexto de nuestro país. La presencia de los religiosos, humilde, desinteresada y testimonial, manifestará la presencia de Dios en medio del mundo y ayudará a los hermanos a acercarse a la persona de Jesús, el Hijo de Dios, que lleva "la buena nueva a los pobres, proclama a los cautivos la libertad y a los ciegos el retorno a la luz y pone en libertad a los oprimidos" (Lc 4,15).
Animados por las palabras de Jesús, "pedidle al dueño de la míes que mande obreros a su míes" (Lc 10,2), pidamos a Dios, por la intercesión de la Virgen de Montserrat, que regale a la Iglesia, a todas y cada una de las familias religiosas, nuevas vocaciones para que continúen vivos entre nosotros los carismas que tanto bien han hecho a la Iglesia y a nuestra sociedad.
Enero de 2011