¡Santas fiestas de Navidad!
Dios está con nosotros,
atrayéndonos hacia una vida buena y feliz,
hacia la fe y la confianza en su salvación.
¡Vayamos a Belén, a ver al Mesías, y lo adoraremos!
Seamos, como los pastores, testigos del Evangelio de Jesús.
María y José nos enseñan a amarlo
y a ofrecerlo a todos, con nuestro testimonio de vida,
hecho de palabras y obras.
Jesús debe ser la alegría para el mundo. Lo necesitamos.
Hablemos de Él a todos, como lo hicieron los pastores.
Abandonemos la tristeza y la angustia, los miedos y desánimos.
Él trae Paz, ¡Él es la Paz!
Demos alegría y consuelo a todos los que nos rodean,
y hagámonos portadores de la auténtica paz y fraternidad
que Jesús hace nacer de nuevo en nuestros corazones.
La bondad nunca morirá. Es eterna.
¡Santa Navidad de Jesús a todos!
