Un seminarista es un milagro de la gracia
En España tenemos 1.066 seminaristas mayores, con un total de 215 nuevos ingresos y fueron ordenados 126 nuevos sacerdotes el curso pasado. Nosotros en Urgell hemos tenido un nuevo seminarista desde febrero, y son cinco: Martín, Àlex, Jerrick, Carlos y David. Debemos seguir rezando por ellos y por las vocaciones al ministerio. Pero quisiera destacar esta generosa respuesta a Dios de 215 nuevos seminaristas, a pesar de la pandemia, el confinamiento, y todas las restricciones culturales y las persecuciones que queráis. Son un "milagro" de la gracia de Dios, más poderosa que nuestras debilidades y las actitudes hostiles. Quien escucha la llamada de Cristo y el clamor de los hermanos, ya no puede permanecer inactivo. Tiene que salir de sí mismo, darse y comenzar un seguimiento de Cristo que le llevará lejos, por caminos desconocidos, que harán su felicidad y la de todos los que servirá para amor.
El Seminario es realmente un presbiterio en gestación. La presencia discreta y atenta de S. José en la comunidad formativa, enseñándoles a ser "padres y hermanos" de todos los hombres y mujeres, alentará nuestros esfuerzos para ofrecer a la Iglesia y al mundo los pastores misioneros según el corazón de Dios, que tanto necesitamos.
Ciertamente sigue valiendo la pena ser sacerdote de Jesucristo, y la sociedad lo sigue necesitando en tantos campos que superan la dimensión puramente espiritual y religiosa. Oremos por los seminaristas, por sus formadores y profesores, por su proceso de maduración. Y ayudemos al Seminario con nuestras aportaciones y nuestro interés activo. A José y a María encomendemos nuestro Seminario y los futuros ministros de nuestra Iglesia, para que les ayuden a ser apóstoles ardientes con la caridad de Cristo. ¡Bendito sea S. José, testigo de la entrega de Dios en la tierra. Bendito sea el Padre Eterno que lo escogió, el Hijo de Dios que tanto lo amó y el Espíritu Santo que lo santificó. Que sea bendita la Virgen María a quien tan unido estuvo siempre!