¡Santas fiestas de Navidad!

¡El gozo de la venida del Señor, el Mesías esperado,
con todo el poder de su ternura,
llene nuestros corazones y los transforme!
Llegó la Navidad.
Jesús, desde la pobreza y la indefensión de Belén,
nos atrae hacia la humildad y la sencillez.
Sólo un corazón sencillo conoce a Dios,
sólo un corazón humilde y pobre lo puede recibir,
sólo un corazón de niño,
deseoso de amar y de ser amado por completo,
puede conocer la felicidad del Amor que Dios nos da.
Dios es amor. Su poder es la ternura.
Él siempre nos ofrece su misericordia y su salvación,
y en estos días de nuevo lo podemos experimentar.
Seremos felices si nos dejamos transformar
por la salvación que Jesús nos viene a regalar
sin exigir nada a cambio;
sólo que nos dejemos amar y salvar por Él,
que nos abramos al perdón y la reconciliación,
que nos comprometamos a vivir la caridad
para con todos los que sufren, los más vulnerables.
En el hermano siempre está presente Dios mismo.
Fortalezcamos la fe y la confianza en Él,
porque así seremos realmente hijos de Dios en el Hijo Jesús.
Os deseo que estas fiestas de la Navidad de Cristo
sean fiestas con vivencia de familia,
de fraternidad y de acogida del prójimo, llenas de amor y alegría.
¡Feliz Navidad a todos!
con todo el poder de su ternura,
llene nuestros corazones y los transforme!
Llegó la Navidad.
Jesús, desde la pobreza y la indefensión de Belén,
nos atrae hacia la humildad y la sencillez.
Sólo un corazón sencillo conoce a Dios,
sólo un corazón humilde y pobre lo puede recibir,
sólo un corazón de niño,
deseoso de amar y de ser amado por completo,
puede conocer la felicidad del Amor que Dios nos da.
Dios es amor. Su poder es la ternura.
Él siempre nos ofrece su misericordia y su salvación,
y en estos días de nuevo lo podemos experimentar.
Seremos felices si nos dejamos transformar
por la salvación que Jesús nos viene a regalar
sin exigir nada a cambio;
sólo que nos dejemos amar y salvar por Él,
que nos abramos al perdón y la reconciliación,
que nos comprometamos a vivir la caridad
para con todos los que sufren, los más vulnerables.
En el hermano siempre está presente Dios mismo.
Fortalezcamos la fe y la confianza en Él,
porque así seremos realmente hijos de Dios en el Hijo Jesús.
Os deseo que estas fiestas de la Navidad de Cristo
sean fiestas con vivencia de familia,
de fraternidad y de acogida del prójimo, llenas de amor y alegría.
¡Feliz Navidad a todos!