"La familia: el trabajo y la fiesta", Milán 2012 (y 2)

Continuamos la reflexión de la semana pasada a partir de la VIIª Jornada Mundial de la Familia celebrada el pasado mes de junio en Milán (Italia). Fue una cita muy importante "con" las familias y «para» la familia, que exponía de nuevo a la atención del mundo, el testimonio del «Evangelio de la familia». Está comprometido el mismo futuro de la humanidad, si quiere aprender los valores que dan sentido a la vida, y que sólo se aprenden de verdad en los primeros años de la existencia y en el seno de una familia que los transmite con amor. De ahí la compaginación entre trabajo y fiesta, un objetivo prioritario de la reflexión en Milán.

Estamos en verano, y quizás todos tendremos mayores oportunidades de encuentro y convivencia con la familia. ¡Valorémoslo y aprovechémoslo apostólicamente! Nos ayuda la síntesis que fue presentada en nuestro Consejo Pastoral Diocesano de Urgell de los mensajes de Benedicto XVI en los días del Encuentro de Milán: ¿Qué insistencias ha ofrecido el Papa, que puedan ser nuevas y sugerentes, y que nos ayudarán a nosotros?

• El Matrimonio y la Familia significan una vocación no fácil de vivir actualmente. Pero si la familia se fundamenta en el Amor, se convierte en una realidad maravillosa y la única fuerza que puede verdaderamente transformar el mundo.
• Está el fracaso matrimonial que representa la separación. El Papa no esquivó el problema y dijo a quienes han vivido el dolor de la separación: "El Papa y la Iglesia os sostienen en vuestra dificultad. Os animo a permanecer unidos a vuestras comunidades, al mismo tiempo que espero que las Diócesis pongan en marcha iniciativas adecuadas de acogida y proximidad". Insistió diciendo que no están fuera de la Iglesia. Están plenamente en la Iglesia.
• A los divorciados casados de nuevo les dijo que encuentren consuelo en una vida de fe y que con la ayuda de la comunidad, su sufrimiento no sea un tormento físico y psicológico. Este sufrimiento si lo aceptan interiormente es un don para todos. Un don que ellos pueden ofrecer.
• Recomendó que desde el inicio de las parejas, se profundice en la etapa del enamoramiento; debemos acompañar a los jóvenes durante el noviazgo y el matrimonio. También valoró la psicoterapia para las familias en dificultad.
• Hizo una crítica del sistema económico actual que prima una concepción utilitarista del trabajo, la producción y el mercado. Hay que llegar a conseguir un equilibrio armónico entre la familia, el trabajo y la fiesta.
• El hombre y la mujer creados a imagen y semejanza de Dios están llamados al descanso y a la fiesta.
• El domingo es el día del hombre y de sus valores: amistad, convivencia, solidaridad, cultura, contacto con la naturaleza, juego, deporte. Es el día de la familia en el que se vive juntos el sentido de la fiesta, del encuentro, del compartir, también de la participación en la Santa Misa. Una llamada a no perder el sentido del día del Señor, a pesar del ritmo frenético que impone nuestra sociedad. Ya que es como el oasis donde detenerse para saborear la alegría y el gozo del encuentro y calmar nuestra sed de Dios.
• Familia, trabajo y fiesta son 3 dones de Dios. Tres dimensiones de nuestra existencia que deben encontrar un equilibrio digno de la persona. Hay que armonizar trabajo, familia, profesión, paternidad, maternidad, trabajo y fiesta para construir una sociedad con rostro humano.
• Hay que privilegiar la lógica del ser a la del tener. La primera construye, mientras que la segunda acaba destruyendo.
Insistencias valientes a tener en cuenta en nuestra vida y en la acción pastoral.