Al cumplirse 25 años del documento del episcopado catalán Raíces cristianas de Cataluña, los obispos reafirmamos la validez y actualidad de ese mensaje y destacamos el triple anuncio que se quiso transmitir entonces: la afirmación y el reconocimiento de los elementos que identifican Cataluña, la constatación de la presencia fecunda de la fe cristiana y de la Iglesia a lo largo de toda la historia catalana y la formulación del compromiso de la Iglesia a seguir sirviendo a la sociedad catalana, reconociendo sus cambios profundos, sociales y culturales. Asimismo, proponemos identificar aquellos cambios sustanciales que configuran una situación nueva y que exigen nuevas formas de evangelización.
Al hablar de la valoración de nuestra identidad colectiva, los obispos ratificamos lo que propusieron nuestros predecesores hace 25 años, manifestamos nuestro profundo amor por el país y nos ponemos "a su servicio" porque sentimos la urgencia de anunciarle la persona de Jesucristo y su Reino. Asimismo, reiteramos el llamamiento a proyectar ese amor social en los deberes cívicos, así como el compromiso de impregnar de espíritu cristiano toda acción con proyección social. Se hace un reconocimiento de la personalidad y los rasgos nacionales propios de Cataluña y se defiende la legitimidad moral de todas las opciones políticas que lo concreten, mientras se basen en el respeto a la dignidad inalienable de las personas y de los pueblos, y busquen con paciencia la paz y la justicia.