Llega la Navidad ¡Santa Navidad!

Navidad ya llega,
y con ella la presencia de Jesús, el Señor,
que se nos hace más fuerte y luminosa.
Él todo lo transforma y lo llena de amor.
Demos gracias al Señor porque ha querido venir,
y nos salva del pecado y de la muerte
y nos llena de sentido y de esperanza la vida.

Gracias por su Madre, la Virgen María, Madre de los sacerdotes,
que colaboró tan estrechamente con su "sí",
que fue la puerta que le permitió entrar en nuestro mundo
hecho realmente un hombre como nosotros.
A Ella la imitan los sacerdotes cuando con su "sí"
acogen con obediencia su vocación tan grande y misteriosa,
y son así un don para todos, otro Cristo en medio de nosotros.
También como Ella, lo hacen llegar misteriosamente a nosotros,
como hermano y amigo, el único Salvador de nuestras vidas,
y hacen de puente de todo el que es nuestro, para que llegue hasta Dios.

Gracias por los sacerdotes, en la Navidad de este Año sacerdotal,
Por los que conocemos y tenemos cerca, y por los de todo el mundo.
Ellos son presencia sacramental de Jesucristo,
nos predican su Palabra con fidelidad,
nos parten el Pan de Vida de la Eucaristía,
nos enseñan a amar y a rezar,
y nos acompañan para que seamos testigos alegres y coherentes de fe,
dentro de la querida familia eclesial, que es la familia de los hijos de Dios.

Gracias por todas las personas que amamos y que nos aman,
y por los que nos ayudan en el camino de la vida.
Que la Navidad sea compromiso real por los que tienen menos
por los que se sienten desanimados o están solos,
por los que padecen las consecuencias tan duras de la crisis económica.
¡Que Dios nos ayude a ser más solidarios y generosos,
y a aprender de nuevo a compartir todo lo que somos y tenemos!

¡Felices fiestas de Navidad y Epifanía!
Dios llega nuevamente a la humanidad para salvarla
y llenarla de vida nueva en su Hijo.
¡Os deseo la paz y la alegría perdurables
con mi bendición para todos vuestros hogares!